"La espuma de ureaformol no crea problemas de salud", según un directivo de la empresa Aislanter
Miguel Just Bravo, directivo de Aislanter, SA, y Termalón ha manifestado que el caso de la vivienda de la calle Monteverde, número 1, de Madrid, "es un accidente desafortunado, debido al error de un operario por la construcción atípica de ese chalé, pues las paredes tienen una ancha capa de aire entre el muro y unos paneles de escayola.El operario no previó que la espuma sería absorbida por la escayola. Pero este accidente no representa más de uno por diez mil en las instalaciones efectuadas".
Miguel Just afirmó que en España se instalan espumas de ureaformol desde 1974, por diversas empresas, y que, actualmente, habrá más de 250.000 viviendas con este tipo de aislante, sin ningún problema grave; sólo he conocido tres casos en los que los usuarios hayan sufrido algún trastorno leve de su salud".
Just dijo desconocer la implantación de este uso en edificios públicos -la OCU ha señalado que se utiliza como aislante en algunas viviendas de proteción oficial-, si bien se refirió a la noticia de hace unos meses sobre un colegio municipal madrileño, el Pío Baroja, de Vallecas, el cual fue cerrado y posteriormente abierto, "pues las mediciones efectuadas indicaron que la alarma carecía de fundamento". Y añadió que, paralelamente a ese caso, se construían otros nueve colegios con el mismo tipo de aislante.
Según Just, no es cierto que el formaldehido produzca las patologías que se le imputan. "Se trata de un alcohol de la madera, oxidado, del que estamos rodeados por todas partes: desde los botones de su camisa a los tableros prensados de los muebles; si produce todos esos daños, arreglados vamos. Creo que, hace un mes, la prohibición en Estados Unidos ha sido levantada por una resolución del Tribunal Supremo. Las limitaciones se impusieron por la presión de las denuncias sobre la base de que no se había demostrado que fuera cancerígeno y, al rizar el rizo, de ahí se deducía que podía serlo, lo cual resulta absurdo. Estamos hablando del formaldehido, un polímero, una sustancia no soluble, que es imposible que produzca cáncer. No está en ninguna lista de productos potencialmente cancerígenos".
En cuanto a sus relaciones comerciales con los propietarios de la citada vivienda, señala que la oferta de su empresa fue la de "eliminar el gas de la atmósfera de la vivienda, para lo cual hay tecnología expresa, pues se trata de un gas ávido de agua, por lo que basta con instalar unos determinados aparatos humidificadores, pero ellos querían una indemnización, medio millón de pesetas para empezar, que quitáramos la espuma, y entendimos que esa no era forma de dialogar y que tenían abierta la vía judicial".
Miguel Just indica al respecto que "la empresa está dentro de la legalidad, porque los niveles de gas en esa vivienda no superan lo establecido, que es de cinco ppm, según la única normativa que existe en España y que data de 1929, promulgada por Sanidad".
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