Francisco Fernández Ordóñez ofrece apoyo financiero de la banca española a Chile

El presidente del Banco Exterior de España, Francisco Fernández Ordóñez, ha ofrecido el apoyo financiero de la banca española a Chile tras entrevistarse con el nuevo ministro de Finanzas de este país, Carlos Cáceres, en Santiago de Chile, según informó France Presse.La actual deuda chilena con España asciende a alrededor de doscientos millones de dólares, señaló Fernández Ordóñez, que ha visitado Chile esta semana para presidir la junta anual de accionistas de la filial chilena del Banco Exterior de España. "Lo que a Chile le falta para poder salir de la crisis es el apoyo financiero y, en ese sentido, la banca española está dispuesta a ayudar", dijo el presidente del Banco Exterior.

Por otra parte, el anuncio de Pinochet en el sentido de que "no habrá cambios en la política económica de Chile", a pesar del reemplazo del superministro Rolf Luders, que ocupaba desde hacía cinco meses simultáneamente las carteras de Hacienda y Economía, desalienta la esperanza de los sectores que todavía creían en la reactivación, informa Carlos Ares desde Buenos Aires.

El profesor Carlos Francisco Cáceres Contreras, nuevo ministro de Hacienda, es un hombre de 42 años que obtuvo su título en la Escuela de Negocios de la Fundación Adolfo Ibáñez, de la Universidad de Santa María, de Valparaíso, y alcanzó su master of bussiness en la Universidad de Cornell, en Estados Unidos; también se diplomó en Harvard.

Si estos antecedentes no bastasen para relacionarlo con la llamada Escuela de Chicago, conviene recordar que el profesor Cáceres es además miembro de la Sociedad de Estudios Mont Pelerin, y en 1981 tuvo a su cargo la organización de una reunión que realizó esa sociedad en Viña del Mar, con la participación especial, y como invitado de honor, de Milton Friedman.

El profesor Cáceres ocupaba la presidencia del Banco Central desde el 3 de septiembre de 1982 y había participado activamente junto a Rolf Luders en las gestiones para lograr la refinanciación de la deuda externa chilena, la segunda más alta del mundo.

El ingeniero civil Manuel Martín Sáez, de 55 años, nuevo ministro de Economía, se graduó en el Colegio Hispanoamericano y en la Universidad Católica en 1951. Es un hombre formado en la industria molinera y panificadora, fue ingeniero de la sociedad anónima Abripan y socio de la fábrica Pan Ideal. También desempeñó cargos gremiales en la Unión de Fabricantes de Pan de Santiago de Chile y labores docentes en la Escuela de Panificación de Santiago.

La designación de Martín se considera como una maniobra de Pinochet para calmar la creciente tensión de los empresarios, que reclamaban la incorporación de un hombre del sector al Gabinete. El presidente del disuelto Partido Demócrata Cristiano, Gabriel Valdés, ha señalado que "el país tiene derecho a preguntarse a qué obedece el cambio de Gabinete cuando se anuncia simultáneamente que no habrá cambios en la política económica, cuando ésta es evidentemente un gran fracaso".

Caída de la producción

Según datos proporcionados por la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), en 1982 la actividad industrial decayó en un 17,6% con respecto a 1981, y las ventas de productos industriales disminuyeron en un 14%. La proporción de mano de obra en paro alcanza en algunos sectores al 70%, y el índice de desocupación, según el cálculo oficial y privado, es del 30%.Fernando Agüero, vicepresidente de SOFOFA, explicó que "entre 1977 y 1979 la tasa de crecimiento fue de un 8% y de un 3% en 1981. La brusca caída de 1982 no se debió a la competencia de las importaciones, que se redujeron en un 40%, sino al hecho de que el poder de consumo de la población descendió abruptamente. A nuestro juicio, esto fue consecuencia de la política monetarista",

Eugenio Ipinza, dirigente de la industria del calzado, señaló las consecuencias de la crisis en su sector: "El consumo anual de zapatos en Chile es de alrededor de dieciocho millones de pares; de esa cantidad llegaron a importarse casi diez millones. En un mercado pequeño como éste, es difícil subsistir, sobre todo con tasas de interés como las que hubo. Para una empresa mediana era suicida seguir utilizando crédito. Así se destruyó la industria nacional y el aparato productivo del país".