Los países en vías de desarrollo preparan una estrategia común ante el FMI
Los países en vías de desarrollo, representados en el grupo de los veintcuatro, preparan actualmente en Washington una estrategia común destinada a defender un sustancial aumento de los recursos financieros del Fondo Monetario Internacional (FMI), con motivo de la reunión del comité interino de esta institución los próximos días 10 y 11 de febrero en la capital norteamericana.
Una agobiante deuda externa, que en su conjunto se calculaba en 626.000 millones de dólares para finales de 1982, el descenso de las exportaciones y las trabas proteccionistas al comercio internacional así como el bajón de los precios del petróleo para los exportadores de crudo, son algunos de los problemas que lastran a los países en desarrollo y que pesan especialmente en las economías de los países latinoamericanos.Tras dos días de reuniones a nivel de delegados alternos, los ministros de Economía y Finanzas de los países miembros del grupo de los veinticuatro darán los últimos. toques a su posición hoy, día 9, en una reunión dirigida por el ministro de Finanzas de Trinidad y Tobago, Anthony Jacelon. Argentina, Brasil, Colombia, Guatemala, México, Perú; Trinidad-Tobago y Venezuela se encuentran representados en el Grupo de los veinticuatro.
La reunión del comité interino del FMI tiene una singular importancia para Latinoamérica, cuyo endeudamiento conjunto a finales de 1982 se calculaba, según fuentes de la CEPAL (Comisión Económica para America Latina), en 274.000 millones de dólares. Fuentes bancarias calculan que las reservas de los bancos centrales sólo cubren en total una octava parte de esta deuda. Latinoamérica vive actualmente la crisis más profunda desde la segunda guerra mundial, según el secretario general e la CEPAL, Enrique Iglesias.
La falta de liquidez de varios países de la zona, entre ellos los más importantes productores latinoamericanos, y en alguno s casos la insolvencia, ha hecho necesario adoptar amplias acciones de ayuda por parte de las instituciones financieras internacionales.
México, Brasil y Argentina, que se encuentran a la cabeza de los países más endeudados del mundo, han tenido que ser socorridos con carácter de urgencia por parte del FMI en los últimos meses. En opinión de expertos económicos en la capital norteamericana, estos préstamos, que han permitido a estos países mantenerse a flote en el sistema financiero internacional y evitar una degradación suplementaria del comercio mundial han servido también, para poner demanifiesto la utilidad de la cooperación internacional a los ojos de EE UU, que ha aceptado aumentar las cuotas del FMI, una pretensión a la que se había negado durante la última asamblea plenaria del FMI, en septiembre pasado, en Toronto.
La más alta autoridad monetaría norteamericana, el presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, recordaba la semana pasada al Congreso americano, hostil al aumento de los compromisos exteriores de EE UU, que México importaba 18.000 millones de dólares de productos americanos por año, por lo que los préstamos contribuyen eficazmente, dijo, a la defensa del empleo en EE UU.
Según datos de la CEPAL, el producto nacional bruto no experimentó en 1982 crecimientos significativos en ninguno de los países latinoamericanos, como solía suceder en la década de los setenta. En 1982 Brasil, México y Venezuela no mostraron crecimiento alguno, y Chile, Uruguay, Bolivia y Argentina experimentaron cifras negativas en la evolución de su PNB. En ese ejercicio la salida de capitales de Latinoamérica fue de 34.000 millones de dólares, de los cuales el servicio de la deuda constituía la mayor partida. Por otra parte, la entrada de capitales se contrajo de forma sustancial, y pasó de 42.000 millones de dólares en 1981 a 19.200 millones en 1982.
A la vista de estos datos, los expertos económicos no esperan recuperaciones rápidas. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) prevé tasas de crecimiento reducidas y de ámbito restringido hasta 1986, que oscilarán entre el 2,8% y el 3,1%. La recesión ha dado origen a despidos masivos y cierres de empresas, con el consiguiente incremento del paro en algunos países, sobre todo en Argentina y Chile, y a síntomas de empobrecimiento de las capas medias de la sociedad en el subcontinente americano.
Observadores económicos esperan que los países en vías de desarrollo hagan hincapié en el concepto de interdependencia económica global y en un aumento de los recursos del FMI superior al que los países industrializados están, en principio, dispuestos a aceptar (un 50%, segundo acordado por los ministros económicos del grupo de los diez el pasado diciembre en París). Asimismo, fuentes venezolanas señalaron que los países en vías de desarrollo quieren que el incremento de las cuotas al FMI no repercuta en una disminución del porcentaje de voto de los países con menos capacidad de aporte.
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