Glauco Mauri funde en una representación las dos tragedias de Sófocles sobre Edipo

La idea original de unir en un solo espectáculo el conocidísimo Edipo, rey y el más olvidado Edipo en Colona, de Sófocles, ha dado un buen espaldarazo a Glauco Mauri y a su compañía teatral, y también al traductor de las dos obras, el catedrático Dario del Corno. La obra está triunfando en toda Italia y ha dado ya origen a un congreso internacional sobre el eterno y siempre nuevo problema planteado por Edipo. La obra de Sófocles está considerada como la primera e insuperable novela policial y de intriga. Algunas universidades españolas están interesadas en montar el espectáculo.

Durante la celebración del congreso, que tuvo lugar en la Universidad de Urbino, y en el que han participado numerosos expertos de distintos países (sociólogos, psicoanalistas, críticos literarios, filólogos, etcétera), fue representada, con un éxito que superó las expectativas, la obra de Glauco Mauri. Una obra que varias universidades españolas están interesadas en acoger.La crítica italiana se ha volcado con el Edipo de Glauco Mauri, a pesar de que su obra no entra en los rangos de teatro comercial y político.

Congreso sobre Edipo

Es, eso sí, una operación de alto nivel cultural y a la que el congreso internacional de Urbino le ha dado un lustre especial.En dicho congreso, Manuel Fernández Galiano desarrolló el tema Edipo, por tierras de España; dando una serie de líneas de interpretación moderna del Edipo de Sófocles. Afirmó que "todo el drama español, entre 1850 y 1930, está lleno de posibilidades de interpretaciones psicoanalíticas prefreudianas".

Como era de esperar, en el congreso de Urbino hubo una especie de pelea de gallos entre freudianos y no freudianos. Y el resultado fue que el Edipo de Sófocles, después de veinticinco siglos de historia, sigue vivo, capaz de infinitas interpretaciones, con una especie de duende dentro, cuyo texto, en realidad, no justifica el volcán que despierta en todos los tiempos su presencia en los teatros.Y por eso no faltó quien, para romper una espada a favor de la mítica y simbólica interpretación de Freud, se preguntó después de los cinco días de intenso, vivo y polémico debate de Urbino si el hecho de que la obra de Sófocles siga aún apasionando tanto fuera y dentro de todos y de cada uno de nosotros, y en cada rincón del mundo, no será la mejor demostración de que consigue tocar las fibras más intensas de nuestro subconsciente. Es decir, que tiene que ser algo más que una simple y estupenda obra literaria.

La obra de Glauco Mauri tiene la ventaja, con su interpretación original, de demostrar que, sobre Edipo, no se ha dicho aún la última palabra.

Y basta entrar en uno de los teatros donde recita Mauri y su compañía para darse cuenta, a través de un silencio y una atención que se palpa con el alma, que esta nueva interpretación de los dos Edipo juntos hipnotiza al público. Un público compuesto sobre todo, de jóvenes y hasta jovencisimos.

Falta en la obra de Mauri el famoso coro de los otros Edipo, con su clásica función catártica Como si el coro hubiera sido sustituido por el mismo público.

La obra empieza con un escenario desierto, a través del cual se adivinan unas telecámaras, y un actor vestido a la moderna empieza a leer el texto con unas cuartillas escritas a máquina. Después entra de golpe la tragedía griega. Durante el espectáculo se advierten momentos de gran tensión. Casi un psicodrama. El público no resiste, y aplaude a veces fuera de hora.

En la interpretación de este Edipo, acuñada por Mauri y Darío del Corno, se nota flotando siempre en el aire la tragedia de un hombre que se siente inocente y como bajo la pesadilla de un destino que él no ha escogido. El peso de alienación producido por el mundo pululante de los dioses que no perdonan es a veces casi tangible.

Declaraciones del autor

Terminado el espectáculo en el teatro Quirino, de Roma Glauco Mauri, conversando con EL PAIS, subrayó la actualidad de la obra en este momento histórico, en el cual, dijo, "no serán los dioses, pero sí lo son otras cosas las que aplastan al hombre contra su voluntad. Pueden ser las ideologías, el consumo, el miedo atómico, la impotencia, frente al degradarse de los valores..., tantas cosas".Y añadió: "También es ésta una sociedad en la que tú puedes matar a uno por casualidad casi sin saberlo y te destrozan para toda la vida, mientras te mandan a matar en una guerra y eres glorioso".

"¿No vive el hombre de hoy también bajo la pesadilla de saber quién es en realidad, quién dirige ocultamente su vida, cuál es su destino, un destino que él no puede elegir?", se pregunta Glauco Mauri.

El autor concluye con estas palabras: "Llevo treinta años recitando en teatro, pero cuando me enfrento con esta obra de Edipo siento que algo diverso me atraviesa dentro, y, sobre todo, en ninguna otra obra he podido recoger en los ojos de los espectadores tanta participación, tanta connivencia, tanta pasión, ternura, amor y miedo juntos".

La primera de las tragedias de Sófocles, Edipo en Colona, se representó en el año 401 antes de Cristo. Edipo rey es posterior al año 430 antes de Cristo.