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Los soldados que toman parte en las maniobras Honduras-EE UU rechazarán a un Ejercito rojo

Las maniobras militares conjuntas hondureño-norteamericanas Gran Pino, que se desarrollan en la zona fronteriza de Honduras con Nicaragua desde el pasado martes, van alcanzando los objetivos previstos. Ahora todo está dispuesto para rechazar la invasión de un Ejército rojo procedente de un país vecino. Nicaragua ha denunciado estos ejercicios, a los que califica de "nueva provocación" contra el régimen sandinista. Un grupo de intelectuales norteamericanos permanece en la frontera hondureño-nicaragüense en una vigilia por la paz que concluirá, con las maniobras, el domingo.

4.000 soldados hondureños, 1.600 miembros del cuerpo de paracaidistas del ejército norteamericano y 900 asesores militares de este país desarrollan el dispositivo ideado por los jefes de la operación conjunta, plan según el cual Honduras trata de aplastar una expedición militar que, procedente de un país enemigo llamado Corinto, ha ocupado parte de su territorio en la provincia de Gracias a Dios.

Para hoy está previsto que los batallones hondureños que fueron aerotransportados y transportados por mar desde su sede en el puerto de La Ceiba comiencen a enlazar y establezcan puestos de coordinación para el ataque final a las posiciones ocupadas por el enemigo en las inmediaciones de Puerto Lempira. Los ejercicios serán acompañados por acciones independientes de la fuerza aérea que utilizará una zona situada a 175 kilómetros al oeste de Puerto Lempira.

El punto de las maniobras más próximo a la frontera con Nicaragua estará a quince kilómetros de la línea limítrofe y no se han previsto incidentes de ningún tipo, según fuentes militares.

Temor nicaragüense

Las Gran Pino, que van a ser supervisadas por el presidente hondureño Roberto Suazo Córdova, han sido denunciadas en Managua donde se las considera "una nueva provocación" contra Nicaragua. Según las agencia de noticias Nueva Nicaragua (ANN), el Gobierno sandinista opina que este ejercicio pretende "dar apoyo y aliento" a los 6.000 ex guardias somocistas que en los últimos días han incrementado sus acciones antisandinistas.El Ejército sandinista ha sido puesto en estado de alerta y las milicias populares han redoblado su vigilancia en previsión de que pueda producirse a lo largo de la semana una invasión a gran escala de Nicaragua. ANN recuerda a este respecto la denuncia realizada en Washington por el teniente coronel retirado del ejército norteamericano John Buchanan según el cual desde finales del año 1982 se halla definitivamente aprobado tal plan de invasión. De acuerdo con esta denuncia, Estados Unidos ha proporcionado a Honduras casi doscientos millones de dólares procedentes en buena parte de fondos militares secretos.

En el Congreso norteamericano existe cierto malestar por estas maniobras. 78 congresistas han enviado una carta al presidente Ronald Reagan en la que manifiestan que tales ejercicios "constituyen una amenaza potencial para la paz". Según los congresistas, este despliegue militar "contribuirá aún más al clima de hostilidad" en Centroamérica.

Fuentes oficiales soviéticas han declarado que las Gran Pino constituyen "una franca provocación" y demuestran una vez más que Washington está dispuesto a continuar su "rumbo belicoso" y a lanzarse a "una aventura militaritarista" en Centroamérica, despreciando la opinión de sus aliados.

En el lado nicaragüense de la frontera un grupo de intelectuales norteamericanos, a los que se ha sumado el escritor Julio Cortázar, permanecerá en vigilia por la paz los seis días que va a durar el ejercicio táctico para manifestar el rechazo del pueblo norteamericano a la política de Reagan en el área.

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