Francisco de Goya se 'aburguesó" en Burdeos, según el ministro Morán

Goya no se refugió en Burdeos los cuatro últimos años de su vida para la muerte, sino para explorar el gusto por el matiz frente al contraste. En su refugio francés se aburguesó, descubrio el gusto por las cosas pequeñas, tuvo un declive enormemente creador y encontró algo de paz en una Francia que se aburría, amansada tras las agitaciones de la guerra de la Independencia. Así lo afirmó el pasado martes el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, durante la presentación del libro Goya y Burdeos -1824-1828-, escrito por el doctor Jacques Fauque, médico reumatólogo, fundador de la Casa de Goya en Burdeos, y por el diplomático Ramón Villanueva Etcheverría.Al acto, celebrado en las salas culturales del Cuartel del Conde Duque, asistieron, entre otras personalidades, el embajador de la Unión Soviética, Yuri Dubinin, así como el alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, quien afirmó que el libro descubre rincones secretos del proceso vital de Goya, a quien calificó como un pintor metafísico.

Jacques Fauque dijo que el libro pretende "honrar la memoria de los emigrados españoles", y resaltó el hecho de que Goya, a sus ochenta años, fuera arrastrado to davía a una vida de aventura cuando marchó a la ciudad francesa, donde obras como Los toros de Burdeos le hicieron pionero en la litografía española. Recordó también personajes "que renacieron como fantasmas en los últimos años de la vida del pintor".

Villanueva manifestó la intención de ambos autores de reflejar la vida de Goya así como su obra, sus amigos, lo que era entonces Burdeos y también la vida de la primera emigración española, intención que se amplía con la apertura de la Casa de Goya en Burdeos. "Goya", dijo el diplomático", fue siempre bandera de la libertad y de la reconciliación hispanofrancesa.

Fernando Morán manifestó que Goya fue el producto de la dialéctica entre el casticismo y el europeísmo de España, cuyo ejemplo ayuda a explicarse muchas cosas de nuestras relaciones con Europa. "Fue un pintor enigmático", dijo, "que saltaba de una dulzura infinita a los trazos gruesos y angustiados de sus pinturas negras. Fue el yunque sobre el que se golpean las contradicciones de la historia cultural española".