Escepticismo en Moscú
Las conversaciones para la reducción de armas nucleares de alcance medio, que hoy se reanudan en Ginebra, no saldrán del atasco hasta la próxima primavera, y eso en el mejor de los casos. Así, al menos, se piensa en la capital soviética.
Moscú insiste en que, por su parte, está haciendo "todo lo posible" para consolidar la seguridad en Europa, y sugiere que tendería a flexibilizar más sus puntos de vista si Estados Unidos descarta la opción cero como base de las negociaciones.
Como es sabido, el Kremlin propone reducir su arsenal nuclear de alcance medio cohetes SS-4, SS-5 y SS-20- hasta situarlo al mismo nivel que poseen conjuntamente Francia y el Reino Unido. Sin embargo, no se cree que ésta sea la última oferta soviética. Previsiblemente, Moscú espera que las presiones de los países de Europa occidental terminen obligando a Estados Unidos a dar marcha atrás en su opción cero.
La agencia Tass reprochó ayer al presidente Reagan no haber enunciado "ninguna propuesta constructiva" en materia de desarme en su discurso sobre el estado de la Unión.
La gran incógnita tardará aún mes y medio en desvelarse: de qué partido gane las elecciones en la República Federal de Alemania dependerá, sin duda, el inmediato futuro del desarme en Europa. De triunfar los socialdemócratas -que se verían obligados, normalmente, a gobernar con los ecologistas-, Moscú encontraría menos resistencia frente a sus tesis.
Con la firme oposición de la República Federal de Alemania, Washington no podría seguir manteniendo su opción cero y habría menos dificultades para encontrar unas bases de diálogo que fueran aceptadas por norteamericanos y soviéticos.
A juicio de buen número de analistas, la estrategia soviética tenderá a hacer concesiones en la reducción de su arsenal, a cambio de que los norteamericanos limiten el número de cohetes Pershing-2.
