_
_
_
_

Jaime Salinas plantea las bases para una política coherente del fomento de la lectura

El director general del Libro avanza la próxima ley de bibliotecas

Desarrollar el hábito de lectura, "uno de los más bajos de Europa", es la principal tarea que se ha impuesto Jaime Salinas, director general del Libro y Bibliotecas. Para ello, a los escasos cincuenta días de gobierno socialista, hace un avance de las medidas previstas: una ley de bibliotecas, sensibilizada hacia las populares -es significativo el nombramiento de Alicia Girón para la Subdirección General-, un plan de formación de bibliotecarios, una escuela de libreros, un plan de coordinación con otros departamentos.

"Estoy aquí", dice Jaime Salinas "porque, como llevaba tantos años quejándome de que tanto los gobiernos como los partidos de la oposición tenían marginado y olvidado el tema cultural, cuando me lo propuso el ministro, no pude negarme a intentarlo. Tengo que decir" dice bromeando un poco, "que no sabía lo que me esperaba, tan complejo y tan difícil"."A mi modo de ver", comienza "la aspiración y el problema cultural fundamental es, hoy, desarrollar el hábito de lectura, uno de los más bajos de Europa. Y ésto, no sólo por los cuarenta años de franquismo, que contribuyeron notablemente a inhibirlo, sino porque tradicionalmente, y por razones que se remontan al siglo XVII, el libro es visto en España como un instrumento peligroso".

"Tenemos que estimular la costumbre y el placer de leer desde la infancia, favoreciendo el contacto del niño con los libros de creación. Y para eso son básicas las bibliotecas escolares". Prevé un plan de colaboración con Educación, a medio plazo, dentro del plan de coordinación con otros ministerios. Además, el de Cultura cuidará con el de Defensa las bibliotecas de los cuarteles; con el de Interior, las de las cárceles; con el de Sanidad, las de los hospitales y centros de la Tercera Edad, y con el de Trabajo, las de los sindicatos.

"Habrá que llevar adelante una campaña de promoción que informe de qué son y para qué pueden servir las bibliotecas". "De todas las formas de expresión creativa, el libro, exige una actitud menos pasiva, un esfuerzo solitario, que va un poco contra la corriente consumista. Pero yo espero que la gente vaya descubriendo el placer y el conocimiento que se derivan de la lectura".

Este plan se complementa con "el apoyo a las bibliotecas públicas. Al margen de problemas presupuestarios, tenemos uno urgentísimo, el de personal. El título de bibliotecario no existe. No hay una escuela, sólo un curso de posgrado. Hasta el momento, hay 185 personas en el cuerpo de Archivos y Bibliotecas, y 145 en el de ayudantes. Y el problema es cómo montar una buena red de bibliotecas sin personal para apoyarla". Este problema "va a necesitar de grandes dosis de imaginación, porque no tenemos tiempo". "Y es un tema absolutamente prioritario, sin contar con que las bibliotecas tienen que convertirse en centros vivos, en función de esa política de fomento del hábito lector".

Una ley de bibliotecas

Del Ministerio de Cultura dependen en este momento 102 bibliotecas. "No hay", dice, "una Ley de Bibliotecas. Hubo un proyecto, el de María Moliner, en 1937. Más tarde, se estudiaron algunos anteproyectos, que nunca se desarrollaron. En este momento estamos en la alternativa entre hacer una Ley de Bibliotecas o irla desarrollando por decretos-ley". Una primera medida concreta es el nombramiento de Alicia Girón, que viene de Bibliotecas Populares, para la subdirección general.Entre la reforma de las bibliotecas está previsto un proceso de mecanización, que incluye, todavía en estudio, un banco de información del INLE para librerías y bibliotecas, por un sistema de videoterminales.

El tema de las transferencias a las autonomías tiene vital importancia en las bibliotecas. "Yo creo", dice Jaime Salinas, "que el Ministerio de Cultura debe mantener una Biblioteca Nacional en cada autonomía, que represente la cultura española global. Yo, que me he criado en un estado federal sin ese sistema, los Estados Unidos, he comprobado las diferencias de nivel y de posibilidades del que nacía en Nueva Inglaterra o en Louisiana... Creo que el Ministerio de Cultura tendrá que equilibrar las diferencias de desarrollo cultural de las distintas comunidades autónomas, y al mismo tiempo, apoyar todas las iniciativas que vayan surgiendo. En este sentido tengo previsto contactar con los consejeros culturales y con las concejalías de los ayuntamientos".

En cuanto a las compras de libros y a la ayuda al sector editorial, Jaime Salinas deja pendiente el tema de los presupuestos. "Todavía no sabemos", dice, "si efectivamente van a aumentar y en cuánto". "No quiero dar falsas ilusiones", añade. "Pero lo principal del tema del sector, lo tendrán que resolver Comercio, Industria y Hacienda. Nosotros haremos de puente". En este sentido, dice Salinas, "daremos una vida especial al INLE, que tiene un historial precario y contradictorio, y que convertiremos en instrumento de coordinación de las Cámaras con la Administración. Asimismo estudiamos la posibilidad de crear en su sede misma una escuela de libreros, que no existe, y que puede ser un eslabón fundamental en la política de preparación de personal para el fomento de la lectura".

Por fin, sobre la política de premios y ayudas, Jaime Salinas es consciente de que "en este momento su mecánica produce insatisfacción, para empezar, por el hecho de que a los Nacionales haya que presentarse. El escritor es un animal muy propio, y el editor también. El resultado, con mayor o menor justicia, lo conocemos. Se impone un cambio en el método. Hemos pensado en la constitución de un jurado previo, de los críticos de los principales periódicos de las autonomías, que hagan una selección previa".

"En cuanto a las ayudas, está claro que la cantidad y el plazo fijo abocan a la picaresca. Lo que me gustaría es fijar cantidades variables, con un tope máximo, que se fueran concediendo en función de las espectativas fiables y de la experiencia anterior, y también, de la capacidad económica de quienes la piden. Y luego, otro tipo de ayudas, que yo llamo de vivencia o de experiencia, por las que el Estado ayudaría a sus escritores en esperiencias concretas, un poco en espera de resultados. Este es un problema difícil. En todos los países se quejan, y eso está dentro de la naturaleza del ser creativo".

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_