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Denegada la regulación de empleo en el mayor centro de rehabilitación de accidentes laborales

La Dirección Provincial de Trabajo de Barcelona ha rechazado un expediente de regulación de empleo solicitado en diciembre por la Junta Rectora del Centro Mutual para la Rehabilitación de Accidentados de Trabajo (CRAT), la mayor institución española de estas características. En la solicitud, la dirección de la entidad, participada en régimen de condominio por 45 mutuas patronales de Cataluña, requería la autorización administrativa para suspender sus actividades durante un período de seis meses.

La resolución administrativa considera que no ha quedado suficientemente acreditado el fundamento económico invocado por la dirección del CRAT.El centro se halla ubicado en la localidad de Sant Cugat del Vallés, próxima a Barcelona, cuenta con una superficie de 25.000 metros cuadrados y está considerado como uno de los más importantes de Europa en su género. Fue creado en 1974 con la participación de las principales mutuas patronales de Cataluña y Baleares, y en su financiación participan las cuotas-patronales que por el concepto de accidentes de trabajo ingresan las empresas asociadas a las mutuas. El riesgo de accidentes cubierto por estas sociedades alcanzaba en 1976 a 200.000 empresas y a 1.500.000 trabajadores.

La principal argumentación invocada por la dirección del centro de rehabilitación para proceder a la suspensión de sus actividades era de índole económica. Según la dirección de laentidad, durante 1981 el CRAT registró un déficit de 75 millones de pesetas. La solicitud empresarial completó su argumentación con una referencia al bajo índice de utilización de las instalaciones existentes para la rehabilitación de accidentados.

Argumentos contrarios

Este hecho contrasta con las cifras de accidentes laborales declarados por las mutuas patronales adscritas al CRAT. Las declaraciones de invalidez total para la profesión habitual y de invalidez absoluta para todo tipo de trabajo, derivadas de accidentes de trabajo, alcanzan anualmente a varios miles de trabajadores en Cataluña, pertenecientes a las mutuas asociadas. Sin embargo, las entidades aseguradoras patronales enviaron al centro de rehabilitación profesional un total de 659 alumnos en el período comprendido entre 1974 y 1982.Entre los argumentos contrarios al cierre temporal de la entidad aducidos por los trabajadores de la empresa se hallaba la condición de centro con una función social y la circunstancia de que su índice de utilización depende precisamente de las mutuas patronales, responsables de enviar a los trabajadores accidentados a las instalaciones. La función de rehabilitación profesional es, por otra parte, una de las actividades que las mutuas deben desarrollar en su condición de entidades colaboradoras de la Seguridad Social.

La misma función social conllevaría de forma inevitable la inoportunidad del fundamento económico alegado por el patronato rector del centro. Respecto al déficit económico, el informe de los trabajadores señaló que la financiación del centro se efectúa mediante coeficientes de participación asignados a las mutuas que rigen la institución, en cuyos balances no se advierte déficit alguno. En conjunto, las mutuas asociadas en el CRAT ingresaron en 1980 un total de 33.489.000 millones de pesetas.

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