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Los recelos entre Alemania Occidental y Francia en materia militar enrarecen la visita a Bonn de Mitterrand

El presidente francés, François Mitterrand, llega hoy a Bonn para conmemorar el vigésimo aniversario de Tratado de Cooperación entre Francia y la República Federal de Alemania en un momento en que en la opinión pública de los dos países existe desconfianza sobre la futura política de defensa.

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El Gobierno socialista de Francia parece temer que si los socialdemócratas alemanes (SPD) ganan las próximas elecciones no se lleguen a desplegar los nuevos euromisiles de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en él territorio federal alemán. Por parte alemana, la fuerza nuclear francesa y su política energética despiertan desconfianza en amplios sectores de opinión, sobre todo entre los socialdemócratas (SPD) y los ecologistas (verdes).

Mitterrand hablará hoy en el Parlamento federal (Bundestag) y visitará la tumba del canciller Konrad Adenauer, el artífice, junto con el general Charles de Gaulle, del tratado de amistad franco-alemán.

La visita de Mitterrand ha tenido un acompañamiento previo en los medios de comunicación franceses, que desde hace días hablan de finlandización (neutralización) de la RFA, y se preguntan si "Alemania va a la deriva" en un artículo del diario Le Monde.

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Las solemnidades del día de hoy y los discursos ceremoniosos no borran la preocupación existente a uno y otro lado del Rin sobre el futuro de la política de defensa de dos países aliados que forman la columna vertebral de la Comunidad Económica Europea (CEE).

En víspera de la visita de Mitterrand, se han levantado algunas voces en la RFA que expresan abiertamente los temores que inspira la política militar francesa. El Gobierno socialista de París se manifiesta favorable a los planes de la OTAN de desplegar los nuevos euromisiles si fracasan las negociaciones de desarme, pero Francia no tiene que estacionar ni un solo Pershing 2 o misil crucero sobre su territorio.

Si la RFA llega a colocar los nuevos euromisiles, se convierte en blanco prioritario para un primer golpe de la Unión Soviética y sirve así de parachoques atómico a Francia, que no estaciona las nuevas armas nucleares. Preocupan también los cohetes atómicos de corto recorrido, los Plutón, situados en los Vosgos franceses, con un radio de acción de 110 kilómetros. El socialdemócrata Oskar Lafantaine, miembro de la presidencia del SPD y alcalde de la capital del Sarre, Saarbrücken, declaró recientemente que "si me caen encima las bombas atómicas me da igual que sean los SS-20 soviéticos o los Plutón franceses".

La RFA, 'parachoques atómico' de Francia

Los cohetes franceses tienen un radio de acción que hace inevitable su caída sobre el territorio de Alemania Occidental. Los planes de modernización previstos, basados en los más potentes misiles Hades, que alcanzan 350 kilómetros, no modifican sustancialmente esta situación y además posibilitan el lanzamiento de bombas de neutrones también sobre territorio de la RFA.

Las iniciativas ecologistas surgidas en la República Federal de Alemania critican también la política energética francesa y denuncian que los reactores nucleares al lado del Rin, en caso de accidente, provocarían una catástrofe que rebasaría las fronteras entre los dos países y se extendería a la RFA.

Hoy, antes del discurso de Mitterrand en el Bundestag, los ecologistas preparan una conferencia de Prensa para denunciar lo que llaman "frontera venenosa" entre Francia y la RFA. Los ecologistas condenan la "política egoísta e inamistosa" de Francia.

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