Una propuesta de diálogo en El Salvador, tema polémico en la reunión de los 'no alineados'

Una resolución sobre el conflicto salvadoreño, que apoya explícita mente la propuesta de diálogo presentada por la oposición armada, se ha convertido en uno de los temas más espinosos de la conferencia de países no alineados, que será clausurada esta noche en Managua. El representante de Singapur propuso en el comité de redacción, que se reúne a puerta cerrada hasta altas horas de la madrugada, que se eliminase toda referencia al tema, algo que resulta inaceptable para la mayoría en una reunión que está estudiando de forma monográfica los problemas latinoamericanos.

ENVIADO ESPECIALEl análisis de la situación salvadoreña está recogido en tres artículos de la declaración final. El más conflictivo dice lo siguiente: "Los ministros apoyaron la propuesta de diálogo presentada por el FDRFMLN (Frente Democrático Revolucionario-Frente Farabundo Martín para la Liberación Nacionanl) al régimen salvadoreño, a través de la Iglesia católica de ese país, y lamentaron el rechazo del Gobierno de Estados Unidos a contribuir a la solución pacífica de dicho conflicto, al mismo tiempo que incrementa su intervención política y militar en El Salvador".Los representantes del Gobierno salvadoreño, que participan en la conferencia en calidad de observadores, parecen haber movilizado a las delegaciones más conservadoras para evitar toda mención a las siglas opositoras, que cuentan, por su parte, con el apoyo del sector encabezado por Cuba y Nicaragua, posiblemente mayoritario en los actuales debates. El predominio cubano se refleja en el tono general de la conferencia, que se está limitando a la denuncia de las distintas formas de intervención de EE UU en Centroamérica.

' Entre los artículos ya revisados (38 sobre 64), hay referencias a la voluntad negociadora de Nicaragua y un apoyo concreto a la iniciativa mexicano-venezolana, que propone negociaciones directas y sin condiciones previas entre Honduras y Managua.

El grupo más radical, liderado por Cuba, que en este caso cuenta con el apoyo permanente del país anfitrión, parece contar de hecho con los votos suficientes para sacar adelante un documento final que, pese a haber rebajado sustancialmente el número de alusiones a EE UU mantiene un tono de condena global a la política norteamericana en América Latina.

En aras del consenso, las alusiones a Estados Unidos se han reducido en número y, a veces, en dureza, pero igualmente el Gobierno norteamericano sigue apareciendo como el gran culpable de los conflictos en Centroamérica.

La movilización de la diplomacia norteamericana se ha mostrado hasta ahora insuficiente para cambiar de forma significativa el rumbo de la conferencia. El más activo de sus aliados parece la delegación zaireña, junto con Indonesia y Marruecos, pero el predominio de las tesis cubanas es cada vez más evidente. Se diría que algunas naciones esperan hasta que la presidencia pase a manos de la India, el próximo mes de marzo, para tratar de modificar el rumbo general tomado por el Movimiento desde la conferencia de La Habana. El princial-éxito nicaragüense lo constituye el hecho de haber celebrado la reunión en Managua y el haber logrado un nivel de representación sin precedentes.