Médicos alemanes, condenados por traficar con marcapasos extraídos de pacientes muertos
Tres médicos alemanes, un técnico en cardiología y el jefe de una empresa productora de marcapasos fueron condenados a multas y penas de prisión condicional, por un tribunal de Colonia (República Federal de Alemania) por delito de estafa y malversación de fondos. Los médicos quitaban a los cadáveres los marcapasos, los enviaban a la empresa, que los revisaba y esterilizaba, los volvían a implantar a nuevos pacientes y cobraban el precio del aparato, como si fuese nuevo.
El tribunal absolvió a los acusados del delito de lesiones y de robo, porque la sentencia consideró que los marcapasos tomados a cadáveres son jurídicamente cosa abandonada. La clase médica alemana ha vuelto a quedar en entredicho con la sentencia de un tribunal de Colonia. Los llamados dioses blancos, los médicos, han provocado con cierta frecuencia últimamente titulares negativos en la Prensa. Todavía está en marcha una investigación sobre determinadas prácticas entre médicos y farmacias, a costa de las cajas de seguros sociales. Algunos médicos presentaban recetas fingidas, por medicamentos que no se despachaban, y con ese dinero se pagaban material para curas y hasta cócteles y cenas frías.La sentencia de Colonia, después de un proceso que duró cuatro meses, ha vuelto a sacar a la luz una estafa de tintes macabros. Los médicos condenados quitaban los marcapasos a los pacientes fallecidos y los enviaban a una empresa productora de material clínico, la firma Lehmann. Allí los marcapasos eran sometidos a una revisión general y esterilizados. Los marcapasos de segunda mano eran reimplantados a pacientes necesitados del aparato. La empresa cobraba 127 marcos (6.730 pesetas) por la esterilización de los marcapasos, y el hospital cobraba al paciente, o a la caja de Seguridad Social, 3.500 marcos (185.000 pesetas) por un aparato presuntamente nuevo.
La diferencia entre el precio del aparato nuevo y del usado se giraba a unas cuentas llamadas cuentas científicas de los médicos, que destinaban esos fondos ilegales para viajar a congresos de Medicina, decorar sus despachos en el hospital o comprar nuevos aparatos.
Un 'negocio' rentable
En Colonia fueron condenados un catedrático de Medicina de Kiel, un médico jefe de Luebeck y un médico de Lverkusen, a penas que van desde diez meses de prisión condicional a multas de hasta 2.300.000 pesetas. A un año de prisión condicional fue condenado un técnico en aparatos de cardiología de Hanover.El jefe de la empresa Lehmann recibió dieciocho meses de cárcel, aunque quedó también en libertad condicional, y una multa de 2.860.000 pesetas.
En los fondos negros de la contabilidad de la empresa se descubrieron hasta quince millones de pesetas, estafadas con el truco de revender los marcapasos conseguidos de la forma mencionada.
La sentencia de Colonia se considera favorable para los acusados, porque el fiscal pedía una condena por robo y lesiones. El tribunal falló que sólo procedía condenar por malversación de fondos, estafa y desfalco.
El tribunal considera en la sentencia, que no hubo delito de lesiones al implantar un marcapasos usado a enfermos, sin advertirles que se trababa de un aparato de segunda mano.
Tampoco apreció el tribunal la existencia del delito de robo, porque "los objetos insertos en el cuerpo no son jurídicamente independientes".
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