Heridos dos suboficiales de Marina en un atentado en Bermeo

Dos suboficiales de la Comandancia de Marina, destinados en la localidad vizcaína de Bermeo, resultaron heridos de consideración en la mañana de ayer como consecuencia de un atentado llevado a cabo por dos jóvenes que se dieron a la fuga. Otros dos militares que acompañaban a los heridos resultaron ilesos. Cuando el subteniente Juan Rivas, los brigadas Rafael González Cabello y José Angel Cano y el alférez Oscar García López se dirigían, vestidos de paisano, a su despacho en la Ayudantía de Marina de dicha localidad, dos jóvenes, que se encontraban apostados junto a un coche Talbot de color naranja, matrícula de Bilbao, aparcado en la calle Reina Zubi, a unos cincuenta metros de la vivienda de dichos suboficiales, abrieron fuego de metralleta contra ellos. Los terroristas, llevaban esperando desde las ocho de la mañana.

El subteniente Juan Rivas, casado y de 54 años de edad, y el brigada Rafael González, de 53 años y casado, sufrieron heridas de diversa importancia; el primero presenta lesiones en las piernas y su pronóstico era de carácter reservado; el segundo sufrió fractura de cadera y heridas en brazo derecho de pronóstico grave. Sus otros dos compañeros resultaron ilesos.En el suelo se encontraron diez casquillos de balas de 9 milímetros parabelum marca FN, munición utilizada habitualmente por ETA Militar, calculándose en unos treinta el número de disparos efectuados por los agresores.

Inmediatamente después de los hechos, los dos heridos fueron atendidos con carácter de urgencia en el ambulatorio de la villa de Guernica, adonde les habían conducido sus propios compañeros. Posteriormente, Juan Rivas fue internado en el hospital bilbaíno de Basurto, mientras que Rafael González fue atendido en la residencia sanitaria de Cruces. Fuentes próximas a los médicos que les atienden aseguraron ayer que no se temía por sus vidas.

Uno de los suboficiales heridos declaró a Europa Press que "al escuchar los disparos corrimos hacia un taller próximo para tratar de protegernos, pero a mí y a otro compañero nos alcanzaron y quedamos tendidos en el suelo". El citado suboficial declaró que uno de los agresores les disparó desde el suelo y el otro desde el vehículo, en el que posteriormente se dieron a la fuga. La fachada del taller donde se guareció el suboficial José Angel Cano, fue alcanzada por catorce impactos de bala.

Los dos suboficiales heridos se encontraban en Bermeo desde hace dos meses. Un quinto suboficial que habita en el mismo edificio que sus cuatro compañeros agredidos, se libró de coincidir con éstos por estar enfermo.