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Los defensores pedirán que los industriales catalanes queden fuera del sumario de la colza

No puede establecerse una relación directa entre el síndrome tóxico y el aceite comercializado por Aceites Valencia, Sociedad Anónima. Esta afirmación fue argumentada el pasado 27 de diciembre por el magistrado juez Adolfo de Barcala y Trillo de Figueroa en el momento de decretar la libertad provisional de Agustín Baviera Muñoz.

Según los abogados defensores de los industriales catalanes implicados en el escándalo de la colza, este auto podría significar una puerta abierta para sus clientes, ya que la principal acusación es la de haber dirigido sus productos, supuestamente manipulados, a la empresa valenciana.

Los abogados defensores de los procesados catalanes en el sumario de la colza han recibido con expectación y esperanza el reciente auto de libertad provisional del gerente de Aceites Valencia, ya que, según estos, en el documento se realizan importantes afirmaciones que podrían dar un giro en la instrucción del sumario, diferenciando el aceite tóxico del aceite adulterado. Gracias a esta diferenciación, podrían resultar beneficiados los industriales catalanes actualmente procesados y encarcelados.

Jordi Claret Andreu, abogado defensor del industrial Enrique Salomó, manifestó ayer a este periódico que la puesta en libertad de Agustín Baviera, con una fianza de veinticinco millones de pesetas, podría significar la puesta en libertad de su cliente, y la de otros industriales, cuya única acusación es la de haber vendido aceite a Valencia.

Con todos estos argumentos, el letrado Jordi Claret ha dirigido ya un escrito al Juzgado de Instrucción número 3 de Madrid.

En el escrito del letrado Claret se asegura textualmente que con el auto del juez Barcala "se ha trazado una frontera con el síndrome tóxico, frontera que pasa por Valencia", y añade que si "se da la libertad provisional para Agustín Baviera, con más razón, hay que dársela a s u suministrador Enrique Salomó".

Posibilidad de dos sumarios diferenciados

En medios allegados a estas defensas, se especula con la posibilidad de que estas matizaciones del juez instructor del sumario de la colza deriven en la formación de dos sumarios claramente diferenciados. En un sumario se investigarían las empresas y los industriales directamente relacionados con el síndrome tóxico.

En el segundo sumario se incluiría a los demás industriales y empresas a quienes se les podría acusar de un delito contra la salud pública y de adulteraciones, pero que nada tendrían que ver con el síndrome.

Basándose en este argumento, el letrado Francesc Abellanet, defensor de Andrés Closas Vergas, se ha dirigido a la Audiencia Nacional reclamando que la causa instruida contra su cliente sea devuelta a la Audiencia Nacional, y se separe totalmente de las investigaciones judiciales por el síndrome tóxico.

Un precedente procesal

El caso judicial defendido por el letrado Francesc Abellanet empezó a instruirse en 1981, cuando se dieron los primeros casos de síndrome tóxico y las autoridades sanitarias empezaron a ser más escrupulosas en sus investigaciones. A raíz de estas inspecciones se detectó en Manresa una marca de aceite, Aceites Carreras, con graves irregularidades de carácter sanitario.

El propietario de esta marca, el industrial Ramón Carreras Clotet, y un empleado de la firma, Andrés Closas, fueron encarcelados y procesados, por considerar que eran responsables de un delito contra la salud pública.

La causa judicial contra Aceites Carreras pasó a la Audiencia Nacional, después de un informe elaborado por el ministerio fiscal. No era la primera vez que un sumario por adulteración de aceite se acumulaba al sumario por el síndrome tóxico, confiriéndole a esta investigación unas dimensiones gigantescas.

En opinión de los abogados relacionados con la causa, el procedimiento seguido contra Aceites Carreras y contra otros industriales, responsables de adulteración, podría constituir un grave error de tipo procesal.

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