El festival de Huesca se plantea el porvenir del cortometraje

El X Certamen Internacional de Filmes Cortos de Huesca terminó el sábado después de una serie de jornadas en las que se reflexionó sobre el porvenir de este lenguaje cinematográfico y se vieron algunos ejemplos de la vitalidad de esta forma de expresión. Operación Miguelete, de Morales y Rivas, que sintetiza con enorme claridad los acontecimientos históricos que precedieron al fallido golpe del 23 de febrero, fue destacado por el jurado con un premio especial.

Los restantes "Danzantes de Oro" se otorgaron a RoutineCheck, del belga Paul Célis, como mejor película de argumento; a Crac, de Frederic Back, de Canadá, como mejor corto de animación, y a Zahrada, de Milán Maryska, de Checoslovaquia.El corto argumental filma las reacciones de un hombre de la clase media ante la frialdad del centro hospitalario en el que se hace un chequeo periódico. Crac ya fue destacado en el último festival de Montreal por la originalidad de sus dibujos y la ambición de su anécdota: la historia de una mecedora que preside un hogar de finales de siglo y queda convertida en objeto de museo en los tiempos actuales. Por su parte, Zahrada se propone explicar la obra de un pintor a través de un sistema que roza el cine de ficción.

Fue también esta película canadiense la que destacó el premio del público que se otorga a través de un sistema de votación en cada sesión durante toda la semana. El premio "Jinete Ibérico" recayó en dos cortometrajes españoles. Leonardo y el andrógino, de Lluis Racionero, autor que ya había obtenido un gran premio en el festival de Cannes por su película La fiesta de los locos. En esta ocasión, Racionero ha transformado el documental reconstruido en un filme pretencioso que quiere en tan poco tiempo desarrollar una teoría sobre el amor pleno. Caray con la viejecita, de Alejo Loren, fue destacado por su sentido del humor. La mayor atracción estuvo, sin embargo, en la inteligente retrospectiva del NO-DO que comenzó con su edición número 1 y concluyó con la coronación de Juan Carlos I.

En la clausura del certamen estuvo presente la nueva directora general de cine. "No es posible plantearse el cine sólo como fenómeno cultural; antes es necesario clarificar la situación de la industria. Sin ella, la cultura cinematográfica no sería posible", dijo Pilar Miró.

Al mismo tiempo, se reunían en Huesca algunos de los cortometrajistas españoles más significados en su vertiente de reivindicadores de nuevas fórmulas de protección. Hasta ahora, el cortometraje se viene ayudando con cantidades idénticas para todas las películas de esa duración, sin diferenciar sus calidades o los esfuerzos económicos que han necesitado. Los reunidos en Huesca propusieron a la directora general la eliminación de dicho sistema para cambiarlo por otro en el que la ayuda se traduzca en medios técnicos y antes del rodaje de las películas. Los contactos entre la Administración y los cortometrajistas deberían realizarse, a juicio de éstos, a partir de un Centro del Cortometraje, autónomo de cualquier ministerio. Allí se administrarían los medios con mayor cuidado que desde otras oficinas generales.