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Ronald Reagan seguirá ayudando a los países centroamericanos "amenazados" por Fidel Castro

La Administración Reagan, si bien no descarta posibles contactos futuros con Cuba para tratar de resolver sus desacuerdos, tiene pocas esperanzas de que ello suceda, y, por tanto, debe seguir presionando económicamente al régimen de Fidel Castro y ayudando a los países "amenazados" de Centroamérica para impedir un nuevo Nicaragua, en opinión del secretario adjunto de Estado para Asuntos Interamericanos, Thomas Enders.

El alto funcionario defendió el martes, ante dos subcomités de la Cámara baja del Congreso, la política del Gobierno Reagan hacia Cuba.Esta política ha sido y sigue siendo "contraproducente", y es hora de iniciar un proceso de apertura hacia La Habana que eventualmente puede resultar en una reducción de la influencia soviética en la isla y una moderación de la política exterior cubana, sobre todo en Centroamérica y Africa, afirmó, por su parte, Wayne Smith, ex encargado de la sección de Intereses Norteamericanos en Cuba.

Smith, que dimitió de su cargo este año en protesta por la política de la Administración Reagan hacia Cuba, reconoció que no existen soluciones "fáciles o rápidas" para resolver los desacuerdos entre los dos países, pero subrayó que la política actual no sólo ha fracasado, sino que además no puede llevar a ninguna parte en el futuro.

Enders señaló que los intentos norteamericanos para negociar con Cuba entre 1975 y 1980 con la esperanza de normalizar progresivamente las relaciones bilaterales dieron los resultados opuestos a los deseados: Cuba no moderó su comportamiento y, además, emprendió acciones .aún más agresivas", dijo.

Si Estados Unidos no respondió a los esfuerzos cubanos de reanudar estas negociaciones esta primavera fue porque los contactos a, alto nivel entre la Administración Reagan y el régimen de Castro en noviembre de 1981 y marzo de este año demostraron que Cuba se negaba a "cualquier concesión" y, en cambio, se las exigía a Washington, explicó el alto funcionario.

Según Enders, Cuba estaba dispuesta a hablar de los temas bilaterales norteamericano-cubanos (emigración, turismo, embargo, la base de Guantánamo y relaciones diplomáticas), pero no a abordar su política exterior, o sea, sus "acciones agresivas" en Centroamérica y Africa, cosa en que insistía Estados Unidos.

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El alto funcionario rechazó las sugerencias de varios Sectores de que Washington renuncie a sus exigencias respecto a Africa y América Central y trate de normalizar sus relaciones bilaterales con Cuba levantando su embargo económico, reanudando relaciones diplomáticas e, incluso, permitiendo el reingreso de la isla en la OEA.

Según Enders, este enfoque no daría resultados porque "no resolvería las desigualdades básicas del sistema cubano ni la orientación fundamental de la política exterior de Cuba, que estriba en alentar las revoluciones armadas" al estilo cubano en el extranjero.

Tampoco hay perspectivas de que, Castro se distancie de la Unión Soviética, cuya ayuda económica es de casi 4.000 millones de dólares anuales.

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