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El canciller Helmut Kohl resalta el continuismo de la política sobre los euromisiles pactada por el Gabinete de Schmidt

El nuevo Gobierno federal alemán, de democristianos (CDU-CSU) y liberales (FDP), insiste en la continuidad de la política exterior y militar de la República Federal de Alemania (RFA) e intenta presentar como importantes éxitos lo que la coalición social-liberal (SPD-FDP) consideraba como evidente.

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Cara a las elecciones federales del 6 de marzo, el Gobierno del canciller democristiano, Helmut Kohl, teme una confrontación sobre el tema del estacionamiento de los nuevos euromisiles atómicos -108 Pershing 2 y 96 misiles Crucero- en la RFA. El documento definitivo sobre el tema será aprobado el próximo día 9 por los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros de la OTAN.Kohl y los democristianos no quieren aparecer ante el electorado como "el partido de los cohetes", lo que provocaría una pérdida de votos ante la impopularidad del estacionamiento de las nuevas armas atómicas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El canciller Kohl, el ministro de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher (FDP), y el ministro federal de Defensa, Manfred Woerner (CDU), no se cansan de repetir que la política exterior y de seguridad de la RFA es una continuidad de la que mantenía el canciller socialdemócrata Helmut Schimdt.

Con habilidad, apoyados por la Prensa conservadora de la RFA, el nuevo Gobierno de Bonn ha empezado a lanzar como grandes triunfos personales de su política pacifista lo que hasta ahora era pura evidencia, contenida incluso en el doble acuerdo de la OTAN del 12 de diciembre de 1979.

Entonces se acordó el estacionamiento de los nuevos euromisiles y, al mismo tiempo, ofrecer a la Unión Soviética la negociación para reducción de las nuevas armas atómicas de alcance medio.

El nuevo ministro de Defensa, Woerner, presentó hace unas semanas, tras su viaje a Estados Unidos, como un éxito personal que el número de cohetes Pershing 2 que se estacionarán en la RFA serán sólo 108. Esto, en realidad, no es nuevo, porque esa es la misma cifra que se acordó hace tres años en Bruselas.

Woerner y los democristianos lo presentan ahora como el resultado de sus gestiones ante el Gobierno norteamericano.

Informaciones procedentes de Estados Unidos aseguran que se fabrica ya una cifra superior de Pershing 2, con vistas a la posibilidad de una recarga de las bases de lanzamiento o de sustituir a los misiles averiados.

El Gobierno de Bonn asegura que la cifra de estacionamientos será de 108, y con eso intenta aparecer ante la opinión pública alemana como paladín de una política moderada.

Lo mismo ocurre con la fecha de estacionamiento de las nuevas armas tácticas. En una entrevista radiofónica, el pasado domingo, Woerner aseguró que no habrá un estacionamiento parcial de los euromisiles atómicos antes del otoño.

El doble acuerdo de la OTAN prevé el estacionamiento para finales de 1983 si para esa fecha las negociaciones de desarme de Ginebra no han llegado a un resultado positivo.

Kohl y su Gobierno aparecen en la Prensa de la RFA como los padres del estacionamiento a finales de 1983, y no en la próxima primavera.

En realidad, no han hecho mas que limitarse a seguir la letra del doble acuerdo de la OTAN.

Maniobras propagandísticas

Todas estas maniobras propagandísticas del nuevo Gobierno están orientadas hacia el electorado para quitarse la imagen belicista adquirida con algunas declaraciones en los años de oposición.En la entrevista del pasado domingo, el ministro de Defensa, Manfred Woerner, repitió algo que para el Gobierno del socialdemócrata Helmut Schmidt era una evidencia: las fuerzas del Ejército federal alemán no intervendrán en acciones fuera del ámbito de acción de la Alianza Atlántica.

Con esta afirmación Woerner pone punto final a posiciones mantenidas por algunos democristianos en los días en que el grupo representaba a la oposición de que "podría darse el caso de tener que intervenir en defensa de intereses vitales de la RFV fuera del ámbito de la OTAN, en el golfo Pérsico, por ejemplo, para defender el abastecimiento de petróleo.

De cara a esta política, con presentación de una imagen de moderación y sensible a las tesis pacifistas, el Gobierno de Bonn parece contar con el apoyo de Washington. La Administración del presidente norteamericano Ronald Reagan ha moderado su tono y evita todo lo que pueda dejar en una posición delicada al nuevo Gobierno de Bonn ante las elecciones del próximo 6 de marzo.

En este punto lo importante para Kohl y los democristianos, y también para Estados Unidos, es asegurar la permanencia de los democristianos en el poder junto al Rin después de las elecciones del 6 de marzo.

De esta forma queda asegurado el estacionamiento de los nuevos euromisiles atómicos cuando llegue la hora de la verdad.

En este punto, el nuevo Gobierno de Bonn no deja el menor resquicio de duda: si no se llega a un acuerdo en Ginebra, los nuevos Pershing 2 serán estacionados según lo pactado.

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