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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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Los confiscados

Los "confiscados" han encontrado por fin su palabra, eso, que les van a "confiscar", ya se sabe que una palabra diagnostica mucho (magias del idioma, ahora que se ha elegido un nuevo presidente de la Academia), el enfermo, el delincuente, el que anda en crisis de identidad, se sienten, no sólo diagnosticados, sino muchas veces curados por la palabra justa, injusta, pero certera, exacta, inexacta, pero reveladora: los que se resisten a Felipe González son los "confiscados".En la sesión de investidura de las Cortes, segunda parte y última, Fraga utilizó mucho la palabra, en nombre de todos los "confiscados" de España, claro, a quienes representa, en nombre de todos los privilegiados, francoliberados, ricos protegidos y almas exentas en cuerpos fraudulentos. Son los que temían, los que temen, los que ahora siguen temiendo más que nunca que, mediante el impuesto progresivo y la nacionalización de cuatro trastos, se les va a "confiscar", que el nuevo Gobierno socialista (al que ellos, por otra parte, llaman despectivamente "socialdemócrata") les va a depurar (qué palabras, todas) porque el presidente anuncia una ley antifraude y apela justamente al muy probado patriotismo de Fraga para que le ayude en la lucha contra quienes "arruinan España y la Hacienda". Llevándose la pela larga, claro. Fraga, por otra parte, es demasiado patriota y demasiado listo como para embozar eso con ninguna bandera, aunque, ahora, los " confiscados" le halaguen. Tuvimos los conjurados, los doceañistas, los legitimistas, y una alta dama me dice que los Templarios están entre nosotros, siguen entre nosotros.

Ayer estuve en el Rastrillo. Los donantes no se sienten confiscados, sino reconfortados. Por la noche, con Anthony Burguess (Naranja mecánica, Poderes terrenales, Argos/Vergara, Mónica, un best-seller despeinado y con mucho roneo y camisa. juvenil), y se lo dije a Marcos Ricardo Barnatán: "Marcos, amor, es la primera vez que, después de tantos años, escucho a un escritor en Oliver". En inglés, pero le escucho. Burguess no se siente confiscado porque el labour, pese a la señora Thatcher, se lleva tanta pela de su pela. Gracias a eso es libre de ser todo lo que es. Desde Roma me escriben mis corresponsales particulares y-fuentes-generalmente-bien-informadas contándome de los confiscados españoles que llegan allí con su dinero, huyendo del koljose español. Me pagan en francos/Mitterrand que, como dice Felipe, están sometidos a un impuesto como cualquier moneda, muy superior al español. Y no me siento confiscado. Me escriben de la Dragonera, viñeta mínima y luminosa del Mediterráneo, para contarme cómo los confiscados han confiscado el mar greco/ latino, lo han llenado de estroncio/ 90 y están acabando con la isla. La Dragonera sólo es breve ilustración de lo que está pasando con todo el Mediterráneo, mar del que he hablado aquí el otro día como homenaje al gran poeta leonés/ibicenco Antonio Colinas, premio Nacional y autor para siempre de Sepulcro en Tarquinia. Se ha fallado el premio de cuentos infantiles Gloria Fuertes. Gloria, que ha hecho de la sencillez su inspiración, no se siente confiscada por pagar impuestos, a tanto el endecasílabo. Tessa de Baviera me invita y no se siente confiscada por tener que hacerlo. El gran Maravall sigue hablando en Juan March sobre el pícaro español, que era un lumpem que no quería sentirse confiscado.

Vargas Llosa va a estrenar otra función en España (no debe sentirse muy confiscado) y se anuncia homenaje a Alberti. Señoritos de jerez (vino, no localidad), mayorales de no sé quién, más cuatro sultanes de Persia/Banús, han encontrado la palabra/Fraga para sentirse mártires/testigo y tener una identidad frente a la democracia: confiscados. Cuidado con ellos, don Manuel.

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