Yo, nosotros, los mendigos

Más que quejas son exigencias. Los albergues de caridad no sirven para otra cosa que para fomentar más la vagancia y mendicidad del país. La clase de gente que pisamos estos sitios, todo el mundo lo sabe, somos la basura del país. Ex presidiarios, ex legionarios, enfermos mentales, alcohólicos, drogadictos... La mayoría, de todo esto un poco o bastante; con el agravante de estar destrozados, acabados, sin espíritu de lucha, sin querer, ni poder, ni quien nos haga rehabilitarnos a la sociedad. Muchos de nosotros, antes de ir a parar a estos sitios, hemos pertenecido a la clase media, y todavía soñamos con volver a ella; pero, de esta forma, tal como están esquematizados estos sitios, ayudan más a desquiciarnos y convertirnos en vagos y mendigos. Y a muchos de nosotros no nos gusta ni mendigar ni convertirnos en más piltrafas.Exigo, exigimos terminantemente a nuestros líderes políticos, los seglares, que un plato de comida, una cama, un botellín de vino y un paquete de tabaco no es suficiente sino más psicólogos en cada albergue; no un cuarto de hora, sino muchas horas con nosotros; y lo mismo que construyen albergues construyan para nosotros puestos de trabajo, remunerados y asegurados. Tienen dinero para eso y para más, influencia y poder, sin tener que pedir más al ciudadano que ya paga impuestos para que lo hagan los ayuntamientos.

Pero, como la Iglesia se ha declarado nuestro líder ante los de más, hay que exigirles a ellos, por que tienen dinero para eso y para dar trabajo a muchos parados que están en su casa. Si no, habrá que ponerles en disco rayado eso que dijo el Papa: "Seglares, españoles: ayudad al necesitado". Si no se hace esto, exijo al Gobierno categóricamente que cierre todos los albergues del país, para bien de nosotros mismos. / Mendigo. Albergue San Juan de Dios.