Israel, indignado por la condena de EE UU a su política educativa en Cisjordania

La intervención del secretario de Estado norteamericano, George Shultz, a favor de los catedráticos extranjeros de las tres universidades palestinas de Cisjordania ocupada expulsados y por las autoridades militares israelíes ha suscitado un debate polémico en el seno de la opinión pública israelí. La mayoría de los diarios se han pronunciado, sin embargo, contra lo que califican de intromisión en los asuntos internos israelíes.

Al principio pareció que las autoridades de ocupación iban a dar marcha atrás. Por orden de Ariel Sharon, ministro de Defensa, los profesores extranjeros no fueron más obligados a firmar un documento en el que se comprometían a "no ayudar a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) o hacer propaganda para esta organización hostil al Estado de Israel". Pero pronto quedó claro que la misma exigencia era nuevamente formulada en un documento de carácter general en el que se mencionaba la obligación de "respetar la ley" para los profesores extranjeros en Cisjordania. Nada más natural, aparentemente.

Pero la lectura detallada de este nuevo documento ponía de relieve que si el catedrático transgredía la ley, incluida la que prohíbe hacer propaganda de la OLP, durante el año académico podía ser expulsado en el acto.

Hasta ahora, 22 profesores extranjeros contratados por las universidades palestinas han sido expulsados y otros 10 de Gaza están amenazados por la misma medida por haberse también negado a firmar el famoso documento de la "lealtad".

Numerosos comentaristas están indignados por la intervención "brutal y sin precedentes" del secretario de Estado norteamericano en los asuntos internos de Israel. Incluso el editorialista del diario liberal Haaretz, opuesto a la política del Gobierno de Menájem Beguin, considera "inadmisible" que Shultz se haya permitido pedir a los círculos académicos israelíes que denuncien el famoso documento.