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CATALUÑA

La actuación del alcalde de La Jonquera podría ser calificada como estafa si no se aportan pruebas de la evasión de capital

Josep Maria Mezquida se encuentra desde el sábado en la cárcel Modelo, donde ingresó junto con el empresario alcoyano León Grau Mallol, titular de Industrias Grau Mallol, a disposición de la sala número 3 de la Audiencia Nacional que entiende de delitos monetarios. Según la primera versión Mezquida podría ser el cerebro de una red de evasión de divisas, responsable de la salida de España de cientos de millones. Otras opiniones califican el asunto como "una vulgar estafa perpetrada por el alcalde de La Jonquera contra un empresario deseoso de evadir capitales". El Comité Ejecutivo de Convergencia Democrática de Catalunya decidió anoche expulsar al presunto evasor Josep María Mezquida.

El alcalde de La Jonquera, un hombre que ya había sido designado para ese cargo por procedimientos digitales en el anterior régimen, recibió el viernes pasado, de buena mañana, una llamada telefónica. Al otro extremo del hilo, un capitán de la Guardia Civil, destacado en los servicios de información, requirió la presencia del alcalde "para una cuestión de trámite". Mezquida, persona a quien los conocidos describen como "introvertido y tímido pero demasiado ambicioso" comunicó a su esposa que iba a resolver asuntos menudos y que estaría de vuelta en el día. Su viaje culminaría en la prisión Modelo, tras hacer escala en el cuartelillo y en los juzgados. Hacía ya diez horas que otras cinco personas se hallaban detenidas en el cuartel de la Guardia Civil de la calle San Pablo: Alberto Casamayor Carnicer, propietario de la financiera Credi Ford; Antonio Obiol Méndez, propietario del gimnasio Men's; León Grau Mallol, un industrial alcoyano; y su empleado Rigoberto Pascual Doménech.Todavía antes, había sido detenido en unas oficias próximas a la plaza Francesc Maciá el barcelonés Eugenio Baturone Ribas, propietario del restaurante Marfil.

Bolsa con 32 millones

La pesadilla se había iniciado pocos días atrás, cuando su amigo Juan Obiol le advirtió de que estaba amenazado de muerte por una persona que se sentía estafada en el encargo de evadir 32 millones de pesetas. Obiol, amigo también de Alberto Casamayor, propietario de Credi Ford, había actuado, al parecer, de enlace entre ambos.Un emisario de Grau Mallol portó hace diez días una bolsa de deportes con los 32 millones hasta el gimnasio Men's. De allí salieron los 32 millones menos doscientas mil pesetas en dirección al restaurante Marfil, situado a una manzana de distancia, donde Mezquidia se hizo cargo de la operación.

Los problemas empezaron cuando Mezquida, que niega enfáticamente cualquier participación en el asunto, tras recibir los 32 kilos, como denominaban los supuestos implicados a la cantidad objeto de transacción, no cumplió con la segunda parte de lo pactado.

El dueño de Credi Ford recibió una advertencia en tono amenazante: si antes del jueves, 18 de noviembre, sus millones no aparecían, la integridad física de los enlaces corría riesgos francamente serios. La pelota pasó de mano en mano veloz. De Casamayor a Obiol, de Obiol a Baturone. Eugenio Baturone telefoneó al alcalde de La Jonquera y le pidió explicaciones.

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Josep María Mezquida se justificó alegando que "habían surgido contratiempos en la frontera por parte de algunos gendarmes franceses. Pero, añadió, no se trata de nada que no pueda arreglar un buen engrase de dinero. Bastaría simplemente, según Mezquida, con que le facilitaran la identidad del cliente y él mismo se encargaría de explicarle las vicisitudes del asunto.

El madrugador empresario alcoyano se pone en marcha y se desplaza a Barcelona. Temía que sus millones se volatilizaran en esa zona de penumbra de la ilegalidad evasora y se hace acompañar de un fornido empleado, Rigoberto Doménech, cuya sola presencia física debería disuadir a sus díscolos interlocutores. Se fija la cita para las ocho de la tarde en un céntrico despacho de abogados barcelonés. A la hora crítica, quien aparece es la brigadilla de la Guardia Civil.

En las dependencias policiales el alcoyano reconoce inicialmente su participación en la operación y reclama sus 32 kilos. Ante el juez se retractaría de sus iniciales manifestaciones y negaría cualquier relación con el asunto. Mezquida se mantiene firme: No conoce a León Grau Mallol, no conoce a Casamayor, no conoce al gimnasta Obiol y sus relaciones con Baturone son las lógicas y comprensibles entre dos compañeros de generación que coinciden desde hace años, durante el periodo vacacional, bajo el cálido sol de Port de la Selva. De millones evadidos y demás, ni noticia.

De las declaraciones judiciales se deriva una insólita situación: Los únicos que reconocen la existencia de un tráfico de divisas ilegal son los intermediarios y enlaces, uno de los cuales admite que esperaba recibir el 0,7% de la cantidad evadida, algo más de doscientas mil pesetas. Pero, tanto el presunto evasor, el alicantino León Grau Mallol, como el depositario de la cantidad, el alcalde de La Jonquera, Josep Maria Mezquida, padecen una repentina amnesia. Los abogados de ambos alegan, además, que no existe prueba alguna de que la evasión llegara a consumarse.

El alcalde convergente de La Jonquera y el empresario alcoyano ingresaron en prisión el sábado y el Juzgado de Instrucción número 8 de Barcelona remitió el sumario a la sala número 3 de la Audiencia Nacional.

Fuentes jurídicas especializadas en delitos monetarios apuntan que el proceso podría dar un giro inesperado "puesto que no existen pruebas materiales de la evasión de divisas, pero sí de una presunta estafa que ha tenido como pretexto la evasión de capitales y a León Grau Mallol como víctima".

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