Hoy, fallo sobre la presunta estafa en el casino de El Sardinero
Hoy, lunes, será dado a conocer el fallo de la Audiencia Provincial de Santander en el juicio seguido contra empleados del gran casino de El Sardinero y dos clientes, detenidos el día 2 de mayo de 1980 por miembros de la Brigida de Juego, acusados de presunta estafa, en grado de frustración, según la calificación del fiscal, que solicita la pena de tres años de prisión menor para cada uno de los inculpados.En la madrugada del 2 de mayo de 1980, inspectores de policía adscritos a la Brigada de Juego procedieron a detener a dos asiduos clientes del casino de Santander, Felipe Robledo y Lorenzo Medrano, cuando llevaban obtenidos cuatro plenos seguidos en una de las mesas de ruleta francesa, por el sistema de apuesta anunciada.
En esta modalidad de juego es el crupier quien apuesta por el cliente al número fijado de antemano. Aunque considerado ilegal, viene practicándose con regularidad en todos los casinos. Asimismo, la policía trasladó a la comisaría de policía a los empleados del casino que servían en la mesa y en la que habían sido colocados siguiendo instrucciones de la policía, que disponía de informaciones en torno a los contactos mantenidos entre aquéllos y los dos clientes.
La presuntia estafa cometida consistía en depositar la apuesta anunciada cuando la ruleta ya habia dejado de girar, o bien pagar una apuesta inexistente, sobre la base de que el número premiado correspondía con los que jugaban siempre los clientes implicados Robledo y Medrano, quienes habían obtenido 700.00 pesetas en premios en una hora escasa.
A lo largo deI juicio, que se prolongó durante dos días, debido al importante número de testigos citados, los abogados defensores han insistido en la inexistencia de pruebas para determinar la culpabilidad de sus clientes, procesados en base a las declaraciones de los policías de la Brigada de Juego.
Tampoco ha sido posible determinar si la actuación irregular de crupieres y clientes produjo, con anterioridad, perjuicios económicos al casino, si bien existe constancia de que Medrano y Robledo, residente en Valladolid, venían acudiendo regularmente al casino santanderino, adonde ponían en juego cantidades que oscilaban entre el medio millón y el millón de pesetas.
