Marruecos aumenta el precio de los carburantes
Después de haber estado todo el año ocupados por cuestiones de política exterior propias y ajenas, los aumentos de los precios de los productos energéticos -que siempre preludian subidas generalizadas- anunciados anteayer en Marruecos han llevado la atención de los marroquíes, brutalmente casi, a los problemas internos. Desde el miércoles, las gasolinas costarán 89 pesetas litro de super, y 85,50 el de normal; el gasóleo, 48,45 pesetas litro, y el fuel industrial, 26.900 pesetas la tonelada.
Según datos publicados por el boletín Cedies-Information, el déficit de la balanza comercial marroquí se elevó en el primer semestre de este año a 7.000 millones de dirhams (133.000 millones de pesetas), mientras que el ministro de Planificación, M'Hamed Diuri, reconocía que para finales de 1982 ese déficit, que implica una tasa de cobertura de las importaciones de solamente el 44,5%, se elevará a 247.000 millones de pesetas. En este mismo período de tiempo, la exportación de fosfatos, principal capítulo de ingresos externos del país, se redujo en un 17%, mientras que aumentaba en más de 6% el importe de la factura petrolera, a pesar de la reducción del volumen de energía importada. El único aspecto positivo en este terreno es el capítulo de transferencias de los trabajadores marroquíes emigrados, que por sí solo representó en 1981 cerca de 6.000 millones de dirhams (114.000 millones de pesetas).El ministro de Planificación adelantó un 11,7% de inflación para los nueve primeros meses de 1982. Algunos organismos extranjeros estiman, sin embargo, que la inflación para finales de este año rondará el 25%.
Aunque todavía no se han publicado datos concretos del censo de población llevados a cabo en septiembre, se sabe ya que la población marroquí actual rebasa los veintidós millones de habitantes, que el 75% son analfabetos y que sólo 4.200.000 personas tienen un trabajo asalariado, de una población potencialmente activa de ocho millones de personas.
Junto a todo ello, la guerra del Sahara, olvidada en la Prensa y en los medios oficiales de información, sigue costando al país tres millones de dólares diarios, o 1.217 millones de dólares, al año. Este es quizá el aspecto que menos se sentirá en la nación, pues la ayuda financiera de Arabia Saudí es evaluada en mil millones de dólares al año.
Para muchos observadores esta es una de las razones de que la máquina del Estado siga funcionando, a pesar de todo.
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