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Washington respalda en la ONU un proyecto argentino sobre las Malvinas

La estrategia británica para las islas Malvinas recibió ayer un serio revés cuando Estados Unidos, su principal aliado, anunció que apoyará el llamamiento argentino en las Naciones Unidas para negociar con Gran Bretaña sobre la soberanía del archipiélago.

Joel Blocker, portavoz de la representación norteamericana en la ONU, comunicó que la decisión de su país de apoyar la resolución presentada por México y apoyada por otros 19 países hispanoamericanos ha sido adoptada al más alto nivel gubernamental.

El anuncio de Estados Unidos ha provocado un gran impacto entre los diplomáticos británicos y otros de las Naciones Unidas y será, probablemente, objeto de conversación entre la primera ministra británica, Margaret Thatcher y el presidente Ronald Reagan, antes de la votación de la resolución que debe llevarse a cabo hoy.

El Gobierno británico mantiene el argumento de que es esencial una consulta a los habitantes de las Malvinas antes del inicio de conversaciones y que esa consulta puede demorarse hasta 18 meses.

El proyecto de resolución, que empezó a debatirse ayer, pide explícitamente "un cese efectivo de las hostilidades" en el Atlántico sur, la reapertura de negociaciones entre Londres y Buenos Aires y reafirma la necesidad de "tener en cuenta los intereses de la población de las islas".

Londres se opuso hasta el último momento a la iniciación del debate, para lo que presentó una moción a la Asamblea General, por entender que las Malvinas no son una colonia, porque sus habitantes son ingleses. Para el Gobierno británico el proyecto es inaceptable porque no hace ninguna referencia al derecho a la autodeterminación, principio fundamental, según Londres, de la Carta de la ONU.

Argentina sostiene que los kelpers son empleados de unas cuantas firmas británicas, y a ellos no puede aplicárseles el principio de la autodeterminación de los pueblos.

Armas nucleares

Medios gubernamentales británicos, por otra parte, salieron ayer al paso de una polémica versión sobre el envío de armas nucleares al Atlántico sur durante la guerra de las Malvinas. Según el periódico The Guardian, algunos barcos auxiliares de la flota británica que intervino en la guerra llevaban armas atómicas. En su edición de ayer, el diario señala que se espera que esa versión sea confirmada el jueves, en la Cámara de los Comunes, por la primera ministra, Margaret Thatcher, y el ministro de Defensa, John Nott.Las armas citadas serían cargas nucleares de profundidad, destinadas a ser lanzadas desde helicópteros para destruir submarinos enemigos cuya localización no puede hacerse con precisión y transportadas en el buque auxiliar Fort Austin.

En fuentes oficiales se señala que estas supuestas armas atómicas eran "una réplica inofensiva destinada a prácticas de la tripulación". Las mismas fuentes añadieron que los helicópteros Wasp, Lynx y Sea King llevan cargas nucleares de baja radiación para la guerra antisubmarina.

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