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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El recuerdo y el sueño

Era inevitable que la aparición de Kantor en el planeta teatral produjera aquí, donde hay tanta afición al remedo, a la fascinación y al agarrarse a lo bien hecho por otro para intentar el propio éxito, algún kantorcillo. Era menos previsible que fuera a parar a esa trampa un autor de vena propia, y muy buena, como Alonso de Santos, que tiene verbo, agudeza, sentido teatral para la invención. Y ha sucedido. Con menos riqueza teatral, con menos fuerza literaria. Pero con sus personajes congelados, su imbricación de narración-acción-recuerdo-actualidad, sus muertos animados, sus vivos paralizados. Vaya por Dios. Aquí está el que cuenta, dirige y participa, que en el reparto es Yo, y en la acción, José Luis: el autor-director.Hay un cierto embarazo crítico para considerar los personajes cuando se sabe que son la familia del autor. Uno puede decir que los personajes son insulsos, sin ningún interés, aburridos; no puede ni debe decirlo de los padres, los hermanos y el tío beatificado del autor. Hay un respeto. Supongamos que no eran así en la realidad; que eran mucho más ricos de matices, de personalidad, de vida, esperanzas, lucha, carácter, pero que el recuerdo y la capacidad literaria del autor-director, al apiadarse de ellos y de sí mismo, los ha reducido a esta nada en la que transcurren aburridos y lentos. Como lo sabemos de su tiempo: la posguerra, dura, miserable y obligatoria, iba mucho mas allá del vago y plano fondo con que aparece en esta autobiografía. Muchas veces el pudor es mal consejero. Se comprende que alguien sienta dentro, con fuerza y con dolor, con ternura y emoción, su propia infancia, su juventud, la imagen de los seres queridos. Es más extraño que la dirección y los asesores del Centro Dramático hayan tenido esos mismos sentimientos por Alonso de Santos y su familia, hasta llegar a producir su obra en el teatro María Guerrero, donde se acaba la magia: no trasciende al público. Hay algunas risas, que llegan en los momentos menos oportunos. Pero no se produce la comunicación ni el contagio. Predomina la lentitud, el aburrimiento, la desviación del tema propuesto. En cuanto a la supuesta transmisión de mensaje de la obra, no pasa de la consabida metáfora del tren como imagen de la vida, o de la buena vida: los que lo toman, los que lo pierden, los que no tienen billete...

El álbum familiar, de Alonso de Santos

Intérpretes: Manuel Galiana, Fernando Delgado, Lola Cardona, Eloína Casas, Margarita García Ortega, Ayax Gallardo, Concha Hidalgo, José Vivó, Eduardo Calvo, Isabel Gómez, Jorge Pondal, Nuria Gallardo, Ana Cuadrado, Miguel Zúñiga, Manuel Andrade, Ricardo AIpuente, Amador Castaño, José Segura, Manolo Rosso. Música: Mariano Díaz. Escenografía y vestuario: José Luis Verdes. Dirección: Alonso de Santos. Estreno: María Guerrero (Centro Dramático Nacional), 26 de octubre de 1982.

No parece fácil deslindar la autoría del texto de la dirección, ejercidas por la misma persona y en el mismo sentido. Sin embargo, se tiene la impresión de que en la dirección hay una solvencia mayor en la formación de grupos, en el movimiento escénico. La ayuda una excelente escenografía de José Luis Verdes: un fondo blanco, unas translúcidas paredes donde un juego de sombras, al principio, da la sensación de lo onírico; unos esquemas de vagón que entran en el mundo de lo sugerido. Los intérpretes tienen, en gran parte, una anterior solvencia reconocida, y hacen con ella lo que pueden. Pero el texto no va mas allá, no permite la interpretación, como tampoco lo permite la quietud con que sé refleja en el escenario el tiempo de sueño, el aire de recuerdo.

La obra fue aplaudida, y todos correspondieron saludando desde el escenario. Saldrá muchas más veces en su vida Alonso de Santos: su capacidad de autor está por encima de esta especie de introspección insuficiente. Y su verdadera biografía tiene más futuro que pasado.

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