Recuento

Hoy finaliza el Festival Internacional de Jazz de Madrid con las actuaciones del cuarteto del francés Jean Luc Vallet, el quinteto del saxofonista Arthur Blythe y el trío del archifamoso pianista Oscar Peterson. Como ha sucedido durante las cinco sesiones en que se ha desarrollado, todas las entradas, excepto el cupo legal que ha de ser vendido el mismo día, se han agotado. Es de hacer notar que la sesión de hoy tendrá lugar a las 19.30 en vez de a las 21 horas, como sucedió a lo largo de la semana.Y hoy ya puede decirse que el Festival ha sido un éxito completo y bastante rotundo. El Ministerio de Cultura saliente ha tenido el buen detalle de convocarlo aunque haya sido a última hora y a la vista de unas elecciones generales cuyos prolegómenos no le resultan propicios.

Bienvenido sea en todo caso. Sin embargo el mérito de semejante empresa, que contaba con un presupuesto aproximado de veinte millones de pesetas, debe apuntarse fundamentalmente a Alejandro Reyes Domene, alma animadora del Club de Música del Colegio Mayor San Juan Evangelista, y a su gente, estudiantes y aficionados todos elles entusiastas del jazz.

Extasis musical

Que estas personas, en combinación con el promotor valenciano Julio Martí, hayan conseguido semejante éxtasis musical para la población de Madrid, es algo ' que no puede dejar de reconocérseles. Han existido fallos: algunos nombres se han caído del cartel, el tema de la ubicación del público en platea no ha sido resuelto, las actividades paralelas han parecido algo escasas... Pero nada de esto puede empalidecer lo excelente de la programación, el esfuerzo realizado con el sonido, el detalle de dar cuartel a grupos españoles, la capacidad para resolver imprevistos, lo barato de las entradas y la utilización ¡por fin! del Palacio de los Deportes para algo más que circos o bailes rusos.

Y, desde luego, nada ha empeñado el placer y la emoción de mucha gente que en estos días ha descubierto el jazz como una música gratificadora, inmediata y llena de sentimiento. Una música para todos. Este es el festival que deseábamos muchos. Y muchos deseamos que sólo represente el primero de una larguísima serie de ellos a realizar tanto en Madrid como en cualquier otro lugar de España. La gente ha sabido responder ante una oferta tentadora acudiendo y, después, impulsando las sesiones con su entusiasmo. Este público merecía esta música y uno se siente solidario y agradecido ante los músicos portentosos que nos han visitado y ante esa vibración preciosa de la que todos formábamos parte. Muchas gracias.