José Bergamín y Luis Rosales, candidatos más firmes al Premio Cervantes

José Bergamín y Luis Rosales son los candidatos más firmes al premio Cervantes de este año, que se falla hoy y que será hecho público en una conferencia de Prensa a primera hora de la tarde, según fuentes cercanas al Ministerio de Cultura. Bergamín ha sido propuesto por las academias de México y Uruguay, mientras que Luis Rosales es el candidato de la Española. El premio, dotado con diez millones de pesetas, es indivisible.

Ayer tarde parecía seguro, entre los siempre discretos jurados del Premio Cervantes, considerado como el Nobel español, que el premiado de este año habría de estar entre dos nombres: José Bergamín, arisco ensayista, poeta raro en cantidad y calidad, un republicano católico que sabe de muchos exilios y que tiene simpatía personal por don Juan Carlos I, y Luis Rosales, el poeta granadino, campechano académico de la Lengua, que ha dirigido hasta hace muy poco el Instituto de Cooperación Iberoamericana.Las razones nada oficiales de fuentes cercanas al jurado eran casi quinielísticas: por una parte, y tras dos años de premios al otro lado del Atlántico, los casos del mexicano Octavio Paz, y el uruguayo Juan Carlos Onetti, este año le tocaba a España. Se quedaban en la estacada Arturo Uslar Pietri -de "eterno candidato" le calificó la fuente- y Mario Vargas Llosa, "que de todos modos se queda joven", como los más posibles entre la lista de los planteados por las Academias del castellano de América. Por otra parte, de tres candidatos españoles, los antes mencionados y Guillermo Díaz Plaja, parecían estar más fuertes Rosales y Bergamín.

Entre los dos la pugna va a ser difícil: José Bergamín tiene a su favor, razones literarias aparte, el que el premio sería en su caso la recuperación de un escritor de la Generación del 27 que ha vivido el exilio interno, un poco por propia voluntad pero otro tanto por falta de atención, después de volver del exilio exterior. El voto de la ministra de Cultura, Soledad Becerril, cuya preferencia por Bergamín se nota en casi todos sus discursos, no se puede contar, porque, tanto el de ella como el del director general del Libro, Matías Vallés, "van, tradicionalmente, con la mayoría para evitar intromisiones del aparato estatal", según las mismas fuentes.

Por su parte, Luis Rosales, más joven que Bergamín, pero casi rigurosamente contemporáneo a Octavioo Paz, sería el primer representante de la llamada Generación del 36 premiado, y cuenta en principio con el voto de la Academia, representada por su secretario perpetuo, Alonso Zamora Vicente. No sería difícil que también contara con el del presidente del Instituto de Cooperación Iberoamericana, Carlos Robles Piquer. Quedan en la incógnita celosamente guardada del secreto, hasta esta tarde, no sólo los votos reales de los hasta ahora mencionados sino también los del resto del jurado: el representante de la Academia ecuatoriana, José Rumazo González, cuyo organismo no ha propuesto candidatos; el rector de la Universidad de Granada Antonio Gallego Morell, y el premiado de la convocatoria anterior, Octavio Paz, actualmente en Madrid por este motivo.

Por fin, la tónica del premio, el de más prestigio y Mayor cuantificación económica de cuantos concede el Estado español, favorece también a Bergamín, el candidato mayor en edad y más diversificado en géneros tratados. En 1976, fue premiado Jorge Guillén. Al año siguiente, el novelista cubano Aleje, Carpentier. En 1978, el premio fue para Dámaso Alonso. Jorge Luis Borges y Gerardo Diego compartieron el Cervantes de 1979, doblado en cuantía económica desde entonces, en un ex aequo que no podría repetirse por las bases cambiadas al año siguiente. Juan Carlos Onetti ganó el de 1980 como narrador y Octavio Paz, poeta y ensayista, el del año pasado.

Gane quien gane este premio será entregado por el Rey don Juan Carlos en una solemne ceremonia, en la Vieja Universidad de Alacalá de Henares, el día 23 de abril, día del libro y de Cervantes, bajo cuya advocación se pone. El mismo día, ya es tradición que los Reyes reciban en el palacio de la Zarzuela al autor premiado y a, un numeroso grupo, de escritores y críticos literarios. Ahora bien, el metálico del premio -esos diez millones de pesetas, que casi le igualan al de la Academia sueca- estará a disposición del ganador desde hoy mismo.