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Commemoración del 12 de octubre

Don Juan Carlos: "Sin democracia, la libertad es una quimera

En los actos celebrados en Cádiz, Don Juan Carlos pronunció, entre otras, las siguientes palabras:"Al celebrar hoy los actos del 12 de Octubre, aquí, en Cádiz, y en el oratorio de san Felipe Neri, es interesante que rememoremos también un allo de especial significación en nuestra historia: el año 1812.

1812 es el hito temporal en que podemos situar el final del antiguo régimen.

En ese final, convergen tres fenómenos históricos esenciales.

El primero, es la disolución del imperio español; el segundo, es nuestra desaparición del concierto de grandes potencias y, conjuntamente con ello, nuestra desvinculación con Europa y nuestro encerramiento, que habría de ser secular; y por último y en tercer lugar, el inicio de la batalla por la modernización que se jalonaría en cruentos enfrentamientos fratricidas".

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Exaltación de la Constitución, la libertad y la democracia en los actos de la Hispanidad presididos por el Rey

Tras referirse a la tradición romana y.cristiana, que sirve de fundamento al universalismo europeo, y a la aparición posterior del concepto moderno de patria, más o menos referido al territorio de cada uno de los Estados, Don Juan Carlos aludió al desafío que para España, alejada ya de Europa, supuso el descubrimiento de América:

"De la solución que los españoles del siglo XVI dieron al reto, podemos decir que, a pesar de sombras y abusos accidentales, los más exigentes españoles del siglo XX nos sentimos orgullosos. Nos basta con evocar los nombres de un Francisco de Vitoria o de un Bartolomé de las Casas.

Es desde entonces América un componente irrenunciable de nosotros mismos.

España se siente unida en el destino a las naciones de su estirpe sin renunciar a su europeidad".

El Rey Juan Carlos habló después de los orígenes del idealismo español y del carácter de enfrentamiento radical que este componente imprimía a las diferencias, mientras en Europa se desarrollaban las corrientes nacionalistas:

"Hubo españoles que creyeron identificar la esencia nacional con el antiguo régimen.

Ante la vastedad de los dominios conquistados, sintieron la embriaguez imperial de una "Monarquía hispana", sin pensar que la mayoría y lo mejor de nuestros humanistas, que ellos alegaban como tradición inspiradora, era ajena y refractaria a una concepción puramente imperial.

No supieron ver, esos españoles, que los enfrentamientos ideológicos en la esfera de la política tendrían a partir del advenimiento del liberalismo el carácter de relativos y no de absolutos".

La Constitución de 1812

"Supuso así el liberalismo, a este lado y al otro del Atlántico, el comienzo de sucesivas guerras civiles, que habrían de dificultar el necesario proceso de modernización de nuestros pueblos.Si la Constitución de 1812 hubiese sido mantenida, tal vez hubiese sido posible la reconciliación en la pluralidad y se hubieran evitado ríos de sangre humana y el fraccionamiento de Hispanoamérica".

Don Juan Carlos analizó después la evolución de los grandes Estados europeos, que enseñorearon el mundo y llevaron su enfrentamiento a los holocaustos de 1914 y 1939 y añadió:

"El aislamiento español de más de cien años hizo imposible nuestra doble apertura a Europa y América.

Acabar con este aislamiento era el imperativo que unánimemente nos imponía el pueblo español y su realización debe ser nuestra exigencia política.

Pero debo decir, con toda sinceridad, que mis compatriotas, justo en el momento en que creen posible volver a escribir su destino universal, ven con angustia y desilusión cómo, alentados por las dificultades económicas, surgen muchos presagios oscuros que parecen anunciar la vuelta de la Europa de los intereses contrapuestos y no la de los valores compartidos.

Ve igualmente con dolor cómo en algunos pueblos hermanos de América, la violencia fraticida intenta prevalecer sobre el derecho y sobre la libertad.

Cuando hablamos de libertad tenemos presente -y muy especialmente en esta Cádiz en donde surgió por primera vez el término político de liberal- la libertad de los pueblos y la libertad de los individuos.

Libertad de nuestros pueblos, porque América y Europa son pluralidad. Y libertad de los individuos. No podemos aceptar que se nos presente el falso dilema de salvar sólo la una o la otra.

Muchos pueblos en la antigüedad y en nuestros días, que vivieron o viven en despotismo, se vanagloriaron, como justificación, de mantener la independencia de sus países.

Una de las glorias de la civilización occidental, en cuyo ámbito vivimos tanto europeos como americanos, fue su lucha secular por conseguir y aumentar la autonomía de la voluntad individual.

Sólo la unión de los términos en libertad y democracia constituye la garantía suficiente. El 23 de abril último, en Alcalá de Henares, Octavio Paz decía: 'Aunque la libertad y democracia no son términos equivalentes, son complementarios; sin libertad, la democracia es despotismo; sin democracia, la libertad es una quimera'. Hacemos nuestras sus palabras".

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