El Congreso de Periodistas Europeos reafirma la necesidad de integrar a España en la CEE

La Asociación de Periodistas Europeos (APE) eligió en Oviedo como presidente, para un período de cuatro años, a Paul Hodgson, delegado de la BBC en París, al término de su XX Congreso celebrado en esta ciudad. Además de la resolución política aprobada por la APE, en la que se reafirma la vocación de integración europea de España y Pórtugal, la APE considera que es fundamental para sus asociados subrayar los hechos que determinan la crisis económica y social europea, y de manera especial el trágico problema del paro.La asociación declara al respecto su convencimiento de que los estados miembros de la Comunidad Europea no deben buscar la solución de estas crisis políticas individuales en detrimento de los intereses de otros estados miembros, sino conseguir soluciones solidarias y cree, por tanto, necesaria la elaboración de estrategias comunes para tratar los proble-. mas existentes y la búsqueda de las medidas concretas que deberán ser adoptadas.

Piet Dankert, presidente del, Parlamento Europeo, Lorenzo Natali, vicepresidente de la comisión de las Comunidades Europeas, otras autoridades comunitarias y destacados periodistas han coincidido en la necdsidad de incorporar España a la CEE, por razones de conveniencia mutua, en los debates organizados durante el congreso.

Encrucijada compleja

Lorenzo Natali afirmó en Oviedo que Europa se encuentra detenida frente a la encrucijada más compleja que jamás se le haya presentado. "Una vez más", agregó, "la opción estará entre una mayor integración o el debilitamiento de los -vínculos comunitaríos" . Piet Dankert, presidente del Parlamento Europeo, aludí6 al viejo sueño de "una comunidad de los docepara conseguir el reequilibrio en el Sur; Licio Abis, ministro italiano para la Política Comunitaria, se erigió en defensor de cuantos esfuerzos sean necesarios para iritegrar. a España y Portugal en la CEE.

Altieri Spinelli, diputado del Parlamento Europeo, manifestó que España no puede seguir esperando a la puerta mientras las comunidades buscan la solución a sus problemas, y Raímundo Bassols, secretario de Estado de España para Asuntos Europeos, subrayó que resulta dificil comprender el discontinuo ritmo de la negociación de la adhesión española, sometida a un frecuente para y sigue demoledor para la opinión pública y para los empresarios, que tienen el derecho y el deber de programar su futuro.

El alto valor de la aportación de los países ibéricos para contribuir a un mayor equilibrio geográfico y económico de la CEE fue defendido por Alberto Regueira, secretario de Estado de Planificación de Portugal, quien agregó que las comunidades deben volver su mirada hacia el Sur y que una integración simultánea de Portugal y España "es deseable y posible".

En el coloquio dedicado a las relaciones políticas y económicas de Latinoamérica con la CEE destacó la intervención de Enrique Iglesias, presidente de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) de las Naciones Unidas y premio Príncipe de Asturias 1982 a la cooperación latinoamericana, al expresar su criterio de que España no debe tratar de convertirse en un puente entre la CEE y Latinoamérica. "Su papel podría ser", añadió, "el de explicar en español los problemas, preocupaciones e intereses del mundo de su habla ante la Comunidad".

Rafael Martínez Cortina, consejero delegado del Banco de España, afirmó que los países latinoamericanos son menos considerados en la CEE que los africanos y orientales. Esta situación se ve agravada por su división como interlocutores en sus relaciones con la CEE.

André Fontaine, redactor jefe del diario Le Monde, habló de la tendencia europea a cubrirse con el manto protector de Estados Unidos, después de haber dominado el mundo durante 2.000 años, y expresó su convencimiento de que ha llegado el momento de interrogarse sobre la contribución que Europa puede aportar a su propia supervivencia. Para Fontaine, resulta absurdo que, mientras se mundializan los problemas y fracasan los intentos de poner fin a la crisis económica internacional, resurjan en Europa las tendencias a la disgregación de los grandes colectivos, los nacionalismos, los separatismos y los tribalismos.