Próxima reunión informal de la OTAN en plena crisis de confianza

Por primera vez en la historia de la Alianza Atlántica los ministros de Asuntos Exteriores de los dieciséis países miembros -España incluida- asistirán el próximo fin de semana, en La Sapiniere, cerca de Montreal (Canadá), a una reunión informal y extraordinaria de La OTAN. Dos días antes del inicio de estos debates secretos, se recuerda que la tensión y el ambiente de desconfianza mutua entre Estados Unidos y sus aliados ha alcanzado niveles desconocidos desde la segunda guerra mundial.En la reunión de primavera del Consejo Atlántico, celebrada el pasado mes de mayo en Luxemburgo, el ministro de Asunt.os Exteriores de la República Federal de Alemania, Hans Dietrich Genscher, propuso que, al margen de las reuniones oficiales y sin orden del día, los aliados se reunieran en torno a una mesa para discutir sobre las cada vez más crecientes diferencias que les separan.

El tema básico de discusión será las diferencias entre Washington y las capitales europeas sobre el tipo de relaciones económicas y comerciales que debe mantener Occidente con la Unión Soviética. Fuentes diplomáticas de la OTAN señalaron, sin embargo, que probablemente no se discutirá en concreto sobre el problema del gasoducto siberiano, ya que tanto la RFA como Francia estiman que la OTAN no es el marco indicado, ni siquiera informalmente, para discutir de problemas económicos.

Pese a todo, el gasoducto y la política económica de Europa con respecto a la URSS será el telón de fondo de esta reunión excepcional. Los malentendidos entre Washington y las capitales europeas están erosionando la imagen de unidad y cohesión de la Alianza, en beneficio exclusivamente de los intereses del Pacto de Varsovia, según declaraciones del secretario general de la OTAN, Joseph Luns, quien en unas declaraciones a la Prensa noruega atacó por primera vez a Washington.

La reunión de La Sapiniere proporcionará al nuevo secretario de Estado nortemericano, George Shultz, su primera ocasión para entrevistarse con varios de sus colegas europeos, entre ellos el holandés y el belga, que representan a dos países que hasta el momento siguen sin dar autorización para que se instalen en su territorio los misiles Cruise que les corresponden según la OTAN.

Shultz deberá defender ante sus colegas las nuevas propuestas del comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa, el general norteamericano Bernard W. Rogers, quien ha preparado un plan de rearme convencional de Europa. Para llevar a cabo este plan, según los cálculos de Rogers, los países europeos deberían aumentar en un 4% por encima del índice de inflación sus gastos de defensa.

El plan Rogers implicaría importantes compras de material militar norteamericano.