La exposición de la Cruz de la Victoria, restaurada, atrae a miles de asturianos
Desde el pasado día 13, y hasta el próximo jueves, la exposición de la Cruz de la Victoria, símbolo de Asturias, en el altar mayor de la catedral de Oviedo, y de los 76 paneles, que reflejan gráficamente los trabajos de restauración en la girola de la basílica, ha conseguido atraer el interés de miles de personas que acudieron a visitarla. Los 10.000 catálogos, realizados por la Caja de Ahorros de Asturias, se encuentran agotados y cada día acuden a la catedral excursiones de parroquias, colegios y otras instituciones.
Los organizadores pretenden mantener abierta la exposición con el horario de mañana (de 10 a 1 horas) y tarde (de 16 a 19.30 hora) hasta el 2 de octubre, para que pueda ser contemplada por los Reyes de España y el príncipe Felipe, con motivo de su viaje a Oviedo para presidir la entrega de los premios de la Fundación del Principado.El pasado día 13, la comisión encargada de la restauración de las joyas de la cámara santa de la catedral, destruidas en el espectacular robo de la noche del 9 al 10 de agosto de 1977, entregó la Cruz de la Victoria al Cabildo en un acto solemne celebrado en la sala capitular de la catedral, desde donde la Junta General del Principado, denominación histórica recuperada por el Parlamento regional, declaró la guerra a Napoleón. Gabino Díaz Merchán, arzobispo de Oviedo, encabezó la procesión que trasladó la Cruz de la Victoria al altar mayor, seguido de las autoridades civiles y militares de la región. Este prelado leyó durante la misa de exaltación de la cruz, que siguió a la procesión, un poema suyo al enterarse del robo de los símbolos de Asturias, titulado Elegía del dolor y esperanza.
Una vez clausurada la exposición de Oviedo, los paneles serán expuestos en diversas localidades de Asturias, y la Cruz de la Victoria volverá a la cámara santa, de donde fue sustraída junto con la Cruz de los Angeles y la Caja de las Agatas. La restauración de la Cruz de la Victoria fue larga y difícil, y su importe ascendió a once millones de pesetas.
El cronista Ambrosio Morales considera a la Cruz de la Victoria "la más bella joya guardada en las iglesias de España". Hecha de madera de roble en el año 908, la cruz, de 90 por 72 centímetros, fue recubierta con chapa de oro en el castillo de Gauzo por orden de Alfonso III el Magno. Según la leyenda, la madera de la Cruz de la Victoria fue llevada por don Pelayo en la batalla de Covadonga, contra los árabes.
En la mañana del 10 de agosto, las limpiadoras descubrieron los gravísimos destrozos cometidos en la cámara santa de la catedral de Oviedo por el delincuente común José Domínguez Saavedra, actualmente en prisión. El ladrón, después de sortear las deficientes medidas de seguridad del templo, desguazó en la misma cámara santa todos sus tesoros y se llevó piedras, ágatas, camafeos y el oro. Sólo dejó el alma de madera de la Cruz de la Victoria y la Caja de las Agatas, desprovistas ambas totalmente de joyas.
El proceso de restauración de las joyas en los talleres de Oviedo de Pedro Alvarez ha sido también polémico. La recomendación del eminente profesor Schulunk de realizar la restauración en Maguncia (República Federal de Alemania) encontró una fuerte oposición en algunos sectores asturianos, que se negaban a que estos tres símbolos de su historia salieran de la región.
La Asociación Adelpha protestó ante el Ministerio de Cultura por la actitud de Díaz Merchán, contrario a llevar las joyas a Maguncia, por considerarle incompetente en el tema de la reconstrucción de las joyas. El arzobispo responsabilizó a Adelpha de dar palos de ciego y, agregó que se limitó a constituir una comisión, en la que están representadas las fuerzas vivas, para decidir el lugar de la restauración.
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