El presidente del Gobierno será la figura clave en la dirección de la política militar

El programa socialista en materia de Defensa configura al presidente del Gobierno como la persona clave en la dirección de la política militar y le reserva la capacidad de ordenar acciones y operaciones militares en caso de situaciones excepcionales o de emergencia nacional. El citado programa prevé una reforma de las fuerzas de seguridad del Estado, en la que destaca el proyecto de unificación del Cuerpo Superior de Policía y la Policía Nacional, así como el reforzamiento de la dependencia de la Guardia Civil respecto al ministerio del Interior.

Los socialistas prevén una estrecha integración de la política de Defensa en el conjunto de la actuación del Ejecutivo. "Corresponde al presidente del Gobierno, tal y como señalan los artículos 97 y 98-2 de la Constitución", dice el texto, "la responsabilidad de esta tarea de dirección y coordinación de la política militar y de defensa con el resto de las actuaciones gubernamentales, asegurando la sincronización y coherencia de todas ellas. En aplicación de estos mismos criterios, las acciones y operaciones militares previstas para las situaciones excepcionales o de emergencia sólo podrán ejecutarse por orden directa del presidente del Gobierno".Se enuncian a continuación una serie de "reformas paulatinas" y objetivos tales como el logro de unas Fuerzas Armadas más reducidas pero más eficaces. El programa prevé el aumento del grado de autoabastecimiento de las FAS, mediante el "desarrollo planificado de la industria bélica nacional", así como la transformación de la actual organización territorial en un sentido más operativo, "tomando como base del sistema organizativo las grandes unidades no territoriales y las zonas de movilización".

El resto del programa de Defensa consiste en una enunciación de criterios o principios generales, tales como la plena profesionalización de los militares, la reforma de la enseñanza -tanto en el aspecto técnico como en la adecuación de la misma a los principios constitucionales y democráticos-, y la reestructuración de cuerpos y escalas. Se mencionan varias medidas sociales, en el sentido de facilitar el acceso a viviendas y el sistema de prestaciones sanitarias y educativas, así como la equiparación de los civiles que trabajan en la Administración militar a los de la Administración civil. Respecto al servicio militar, éste seguirá siendo obligatorio y se cumplirá "preferentemente" en la región de residencia habitual del soldado.

Reforma policial

El programa socialista prevé una reforma de las estructuras de la seguridad del Estado y de los cuerpos que tienen encomendada dicha misión. "En la actualidad", asevera el programa, "la infrautilización de la Policía, la dispersión de sus medios, la desorganización, explican el escaso rendimiento que se obtiene en relación con el costo de nuestro aparato policial, que alcanza la tasa mayor de Europa (un policía por 240 habitantes)".

La principal medida anunciada por el programa socialista es la integración de los actuales Cuerpo Superior de Policía y Cuerpo de Policía Nacional en un solo cuerpo, llamado de Policía Nacional. Este último tendrá carácter civil y estará bajo la autoridad del director de Seguridad del Estado y del director general de la Policía. El cuerpo se dividirá en las escalas de dirección, policía de investigación -que actuará de paisano- y policía de uniforme.

Por su parte, la Guardia Civil será objeto de una "reforma en profundidad" para adaptarla a las nuevas realidades sociales, fortaleciendo su dependencia del ministerio del Interior. El modelo policial del PSOE se completa con un sistema de selección basado en criterios democráticos, así como en el reconocimiento y amparo del derecho de sindicación, pero no el de huelga.

En este esquema, la policía municipal pasa a ser una "policía de presencia", dedicada al control de la pequeña delincuencia, además de sus actuales funciones. En cuanto a las policías autónomas, se propiciará su creación por las comunidades que lo deseen, "sobre la base de coordinar e integrar a las policías municipales o locales y mediante la transferencia de funcionarios de la Policía del Estado".

Luchar contra la violencia

El programa del PSOE considera el terrorismo y la subversión anticonstitucional como fenómenos interelacionados, aun reconociendo la diferencia de sus orígenes y filosofía, y considera ambos como "formas de violencia política" que, en los dos casos, pretenden la destrucción de la democracia. Respecto a la subversión anticonstitucional, se anuncia la voluntad política de mantener la autoridad del Estado, no permitir ninguna veleidad golpista y defender sin vacilaciones el respeto a la ley y a la voluntad popular, En cuanto a la lucha contra el terrorismo se requiere, junto a esa voluntad política, "una cuidada y detenida planificación, con la adopción de medidas de carácter político, social, internacional y de información y operativa policial", con el convencimiento de que la lucha contra ETA es "a medio plazo, dada la madurez y medios con que cuenta esta organización". El programa afirma que el Estado no puede regatear medios para establecer su poder e imponer la ley y la voluntad popular.