Joyce y Valle-Inclán, juntos en la vanguardia de los años 20
La coincidencia en los planteamientos novelísticos de Valle-Inclán con los más representantivos escritores americanos y europeos contemporáneos, a partir de 1916, y la influencia del novelista gallego en el proceso renovador de la novela contemporánea fueron resaltadas por el profesor de la Universidad de Santiago de Compostela Darío Villanueva en la universidad Internacional Menéndez y Pelayo, en el marco del curso La renovación de la novela española (1902-1930). Darío Villanueva resaltó la correspondencia entre la estructura narrativa y el tiempo valleinclanesco como una de las pruebas "más fehacientes de la pertenencia de Ramón del Valle-Inclán a la vanguardia novelística europea de los años veinte".Para el profesor Darío Villanueva hay una serie de coincidencias entre el Ulysses, de James Joyce, y Luces de Bohemia, y entre el capítulo central de La corte de los milagros, titulado La soguilla de Caronte, con la trama central de Mientras agonizo, de William Faulkner. Además, señaló cómo La medianoche, novela de Valle-Inclán que tiene como tema central la guerra mundial, coincide, "por su visión múltiple, su protagonismo colectivo, su técnica de simultaneidad temporal y la reducción del tiempo narrado a unas pocas horas, con una poética narrativa nueva, fundamentada en los recientes hallazgos científicos y filosóficos del momento, que busca dar una imagen más completa de la realidad, como un complejo fenómeno que sólo se puede abarcar desde numerosas perspectivas y en profundidad, con una actitud relativista y estructuralista que contrasta notablemente", señaló Villanueva, "con la postura unitaria y atomista propia de la gran novela del siglo XIX".
Baroja y Unamuno
Como punto de referencia para demostrar la modernidad de Ramón del Valle-Inclán, el profesor Darío Vilianueva -tras insistir en que "no se debe hablar tanto de influencias directas o indirectas" entre el escritor gallego y esos autores, "cuanto del hallazgo simultáneo de los mismos procedimientos como respuesta de la novela a las exigencias de la sociedad y el pensamiento contemporáneos"- citaría, entre otros nombres famosos de novelistas contemporáneos, a James Joyce, William Faulkner, Thomas Mann, Marcel Proust, John Dos Passos y Jules Romain.
Pío Baroja y Miguel de Unamuno han sido otros grandes escritores estudiados en el curso La renovación de la novela española (1902-1930) que, bajo la dirección del profesor Ricardo Gullón, se desarrolla estos días en la Universidad Internacional de Santander. Los profesores Pablo Beltrán de Heredia y Kathleen Vernon, de las universidades estadounidenses de Tejas y de la Cornell University, hablaron de cada uno de ellos, resaltando también el carácter renovador de la técnica literaria utilizada por ambos escritores.
Ricardo Gullón, residente en Estados Unidos desde 1958 y actualmente profesor de la Universidad de Chicago, estudió las estructuras novelescas, las tres formas posibles de aproximación a una obra literaria. En primer lugar, las reacciones del lector inserto en su realidad; a continuación, los aspectos lingüísticos y estructurales del texto y, por último, la personalidad del autor. Por su parte, la profesora Vemon definió la novela lectorial, centrándose en el papel del lector ante la obra literaria, y utilizó como ejemplo para el desarrollo de su teoría la obra de Unamuno Vida de don Quijote y Sancho La conferenciante observó que el lector de Don Quijote "se convierte automáticamente en autor de una nueva versión, correctora de la obra de Miguel de Cervantes, que, a su vez, se atenía a una pauta estructural tan conocida como es la de las Ramadas novelas de caballería. Se produce entonces en el texto unamuniano un júego de espejos literarios", subrayó.
La multiplicidad de perspectivas desde las que el autor aborda a sus personajes, la ambigüedad del creador ante sus criaturas, fue el tema que analizó el profesor de la Universidad de Texas Pablo Beltrán de Heredia en su conferencia en torno a Baroja, en la que recordó a Ortega y su estudio de la novela y de las actitudes de Baroja, realizado desde la filosofía, y que daría lugar a uno de los ensayos más conocidos sobre el escritor vasco, deteniéndose en uno de los capítulos de éste, que fue titulado por su autor Teoría del improperio.
En la novela del escritor vasco, señaló Beltrán de Heredia, la figura del héroe positivo es sustituida por la del antihéroe o, como precisó el conferenciante, recogiendo opiniones de otros críticos, por la del héroe abúlico, un personaje sin voluntad, a quien Baroja dirige sus improperios, sobre los que Ortega y Gasset teorizó.
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