El robo de carros de combate, una extraña moda entre los soldados aliados en la RFA
El rollo de carros de combate se está convirtiendo en una extraña moda entre los soldados norteamericanos y británicos destinados en la República Federal de Alemania (RFA). Extraña y peligrosa, porque en los tres incidentes registrados en los últimos días murieron tres personas y resultaron heridas otras veintisiete, mientras que los daños materiales ascendieron a varios millones de marcos.
La más espectacular de estas escapadas de soldados con carros de combate robados se produjo a primeros de julio en Mannheim, donde un norteamericano provocó el pánico a bordo de un carro pesado M-60. Tras embestir a un tranvía y destrozar una treintena de automóviles, el soldado borracho condujo el tanque por una zona peatonal, causando dos heridos, y acabó su odisea ahogándose en el río Neckar, a donde cayó su vehículo.El pasado lunes dos soldados británicos se apoderaron de un blindado de reconocimiento y se dieron un paseo campo a través. Al cruzar una vía férrea, su vehículo quedó enganchado en los raíles y fue atropellado por un tren que circulaba a 120 kilómetros por hora. Los dos soldados murieron en el acto y los cinco vagones del tren, con trescientos pasajeros a bordo, descarrilaron, causando veintiún heridos.
Por último, el lunes por la noche un soldado británico enamorado visitó a su novia en Bielefeld a bordo de un carro de combate robado en un cuartel de Herford. En esta ocasión sólo se produjeron daños materiales.
Ante esta oleada de robos, las autoridades militares aliadas han decidido reforzar la vigilancia de los carros de combate. Pero en un país como la RFA, donde están basados 400.000 soldados aliados y los tanques tienen derecho a circular incluso por las autopistas, no es fácil ejercer un control constante.
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