Francia y la RFA cumplirán sus compromisos con el gasoducto soviético

Los Gobiernos de Francia y la República Federal de Alemania se han comprometido, en una vía de claro enfrentamiento con los Estados Unidos, a cumplir sus contratos con la Unión Soviética para la construcción del gasoducto siberiano.En un comunicado hecho público ayer, el Gobierno francés precisó que "los contratos firmados por sociedades galas para la construcción del gasoducto soviético deben ser cumplidos en las fechas previstas", ya que no son aceptables las medidas de embargo "tomadas unilateralmente por los Estados Unidos"

En esta misma línea, el canciller alemán, Helmut Schmidt, declaró poco después, en una entrevista difundida por la televisión norteamericana, que el gasoducto siberiano será construido y que los Gobiernos europeos "respetarán los acuerdos entre sus firmas y los soviéticos".El canciller alemán hizo hincapié en que las firmas europeas que trabajan con licencia norteamericana "no conocían de antemano que estas licencias serían limitadas" y se lamentó de que las sanciones norteamericanas que impiden el uso de dichas licencias para la construcción del gasoducto siberiano provoquen desempleo en su país.

El grupo germano occidental AEG, que se enfrenta ya a notables dificultades económicas, se vería obligado a despedir a 2.000 trabajadores si tuviese que cancelar sus contratos con la Unión Soviética.

El portavoz del Gobierno federal, Lothar Ruehl, resumiendo la postura de su gabinete, manifestó que los contratos concluidos en el marco del contrato de gas euro-siberiano "deben ser mantenidos y por tanto ejecutados".

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Claude Cheysson, recibió al embajador norteamericano en su país, Evan Galbraith, ante quien calificó de "sorprendentes e inoportunas" las recientes declaraciones de Washington sobre el tema.

Cheysson manifestó también públicamente que la política de Washington "parece totalmente indiferente a nuestros problemas" y que Estados Unidos y la Europa occidental "no hablan ya el mismo lenguaje, se está instalando un divorcio progresivo" entre ambos.

La acción francesa, secundada por Bonn, no ha sorprendido al Gobierno de los EE UU, según declaró el portavoz de la Casa Blanca, quien, recogiendo la andanada de Cheysson, opinó que París y Washington "continúan hablando el mismo lenguaje y consultándose permanentemente".

El portavoz estadounidense añadió que los presidentes de ambos países siguen manteniendo "una relación personal calurosa y amigable". Sobre el asunto objeto de confrontación, anunció que la decisión francesa será objeto de detenido examen por su Gobierno. La reacción soviética a la decisión francesa ha sido de satisfacción, si bien los medios oficiosos consultados por France Press esperaban una definición oficial de la agencia Tass. Dichos medios consideraron "lógica" la actitud francesa y opinaron que revertirá en una mejora de las relaciones.