Escasa calidad de las películas para niños y jóvenes
El éxito de la filmografía checoslovaca, la escasa calidad de las películas exhibidas y la gran expectación despertada por el festival han sido las notas más destacadas del XX Certamen Internacional de Cine para la Infancia y la Juventud que se acaba de clausurar en Gijón. Los organizadores consideran positivo el balance de esta edición y argumentan que los filmes presentados representan fielmente el cine para niños y jóvenes que se hace actualmente en el mundo.La película checa Entre nosotros los muchachos obtuvo el Premio Pelayo; El padre (checa) y H-D agentes (inglesa) compartieron el Premio Platero de niños. El jurado internacional de televisión concedió el Platero en la sección infantil al filme Polichinela, y El Pez Mágico, de Suiza, y el Pelayo de la sección de jóvenes a Siete cartas del primer amor, de la Unión Soviética.
Para los niños, el jurado internacional de cine recomendó los largometrajes Tarzán de goma, de Dinamarca; Borrón en el cuento de las hadas, de Checoslovaquia; La gran fiesta de los niños, de Suecia, y los cortometrajes La animación del circo, checoslovaca; El león, polaca, y Conejo grande, conejo pequeño, sueca. En el cine super 8, el jurado internacional de jóvenes dio el primer premio a El rapto, del colegio Montesinos, de Salamanca, y el segundo, a Andrea, del cine-club Escuela de Gijón.
Asistencia masiva
Los miembros del jurado internacional de la sección A (infancia) coincidieron en subrayar la escasa calidad de las películas exhibidas en Gijón. Paralelamente, se ha registrado una masiva asistencia de público a las salas. Joy Batchelor, director, junto con John Alas, del largometraje Animal From, el primero de animación realizado en el Reino Unido, afirmó categórico: "Hay mucha gente que hace películas sobre niños, pero muy poca que se dedique seriamente a ofrecer cine para los niños. Tampoco las películas para los jóvenes han conseguido superar la mediocridad". A este respecto, el holandés Menno van der Molen, miembro del jurado y creador de una productora de series de diapositivas, afirmó que en todo el mundo sólo se producen al año unas cinco películas infantiles aceptables.
La ausencia de una política cinematográfica infantil y juvenil y las dificultades en la distribución han sido expuestas como una de las principales carencias de la producción española. En opinión del crítico Fernando Lara, en España se hace cine infantil casi exclusivamente para obtener unos beneficios estatales.
Las críticas dirigidas hacia la falta de calidad de las películas presentadas en Gijón excluyen de cualquier responsabilidad a los organizadores. En realidad, el certamen no ha podido hacer otra cosa que exhibir los malos filmes que se hacen en todo el mundo. Las películas presentadas al concurso de televisión tienen un nivel de calidad medio, según los jurados, quienes destacaron la escasa atención que a este medio y a los espacios juveniles prestan los jóvenes mayores de doce años en Europa. Se desconoce aún si se trata de un rechazo de la programación o hacia la propia televisión por su carácter absorbente.
Babelia
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