Un caza etíope, abatido por la aviación somalí
Un caza etíope fue abatido ayer por las baterías antiaéreas somalíes, según la agencia de Prensa somalí Sonna. La agencia precisa que ocho cazas Mig-21 y Mig-23 etíopes atacaron la ciudad de Galka'yo, capital de la provincia de Mudug, situada a 580 kilómetros al norte de Mogadiscio, en dos oleadas sucesivas. Un caza fue abatido y el resto de la escuadrilla etíope regresó a su punto de partida sin causar mayores destrozos, añade la agencia Sonna.El presidente somalí, Siad Barre, había declarado el jueves pasado que el Ejército de su país "había infligido una derrota humillante" al "agresor etíope", que se vio obligado a huir. Por su parte, Addis Abeba ha desmentido tener cualquier tipo de responsabilidad en los enfrentamientos, mientras un movimiento de oposición somalí, el Frente Democrático de Salvación, ha afirmado ser el único responsable de los combates con los que se intenta derrocar el régimen del presidente Barre.
Los enfrentamientos que se desarrollan desde principios de mes en el centro de Somalia podrían, caso de agravarse, dividir al país en dos, tanto geográfica como políticamente. El régimen del presidente Barre, que está en el poder desde hace trece años, se encuentra debilitado por las disensiones internas y, a pesar de contar con el apoyo económico de los países occidentales, debe hacer frente a fuerzas estimadas entre 6.000 y 9.000 hombres.
Las autoridades somalíes acusan a Etiopía, y fundamentalmente a sus aliados -la URSS en primer lugar, pero también a la República Democrática Alemana, Cuba y Yemen del Sur-, de dirigir o tomar parte en operaciones militares aéreas y terrestres financiadas por Libia.
Para Mogadiscio, que mantenía una alianza con la URSS hasta la guerra del Ogadén de 1977-78, Moscú dirige toda la operación para asegurarse "un puesto estratégico" en el cuerno de Africa. El pacto de Aden, firmado hace un año entre Etiopía, Libia y Yemen del Sur, seria un primer paso en este sentido.
Utilizando este argumento, el presidente Siad Barre ha formulado una petición de ayuda a Washington, su nuevo aliado, después de que Somalia hubiese concedido, hace dos años, facilidades militares a Estados Unidos, fundamentalmente en la antigua base soviética de Berbera, situada en el norte del país.
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