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El cerco de Beirut

Progresan las negociaciones para la evacuación de Líbano de los dirigentes y combatientes palestinos

El primer ministro libanés, Charie Wazzan, cruzó ayer por primera vez, desde hace seis días, al sector oriental de Beirut, para entrevistarse con el presidente Elías Sarkis y el emisario norteamericano para Oriente Próximo, Philip Habib, dando así un nuevo impulso a la negociación sobre la evacuación de Líbano de los dirigentes y combatientes palestinos.

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Chafic Wazzan se había negado, desde el sábado -día en el que el Ejército israelí cerró los accesos a Beirut oeste, feudo palestino- a desplazarse a la zona oriental, bajo la autoridad de la milicia cristiana, secundada por Israel, para no someterse a los controles del ocupante.El jefe del Gobierno libanés, que mantuvo, sin embargo, contactos telefónicos con Philip Habib el miércoles, pidió al emisario estadounidense que presionase al Gobierno de Tel Aviv para que retire a sus tropas de los accesos al sector occidental de la capital, lo que hicieron, por fin, ayer en la galería Semaan, una de las tres entradas de Beirut oeste.

En la reunión de Baabda, Chafic Wazzan, que actúa como intermediario entre la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y Estados Unidos, sólo discutió las modalidades de la evacuación palestina de Líbano, porque existe ya un consenso entre los negociadores sobre las características generales del acuerdo a alcanzar.

La OLP y Estados Unidos difieren, sin embargo, sobre el momento en que la fuerza multinacional -probablemente compuesta por ochocientos soldados franceses y otros tantos norteamericanos- tiene que entrar en acción, según fuentes próximas a los negociadores.

Quieren ser escoltados

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Los representantes palestinos, respaldados por Chafic Wazzan desean que la mencionada fuerza dependa de las Naciones Unidas y que se interponga entre los beligerantes, que se retirarían a unos kilómetros de sus actuales posiciones, para escoltar, después, a los fedayines y sus jefes hasta Siria, haciendo escala en Trípoli, en el norte de Líbano, y en la llanura de Bekaa, cerca de la frontera siria.

Philip Habib, por su parte, sólo quiere que la fuerza multinacional -que no tiene por qué estar sometida a la autoridad de la ONU- se instale en Beirut, tras la salida palestina, para garantizar, con su presencia, que la capital no será conquistada por el Ejército israelí.

El representante del presidente Ronald Reagan para Oriente Próximo, que tampoco es partidario de que los marines acompañen a los palestinos hasta Siria, teme que en una de las numerosas rupturas del alto el fuego los soldados norteamericanos tengan víctimas en sus filas al quedarse atrapados entre las fuerzas enemigas. Philip Habib prefiere que el Ejército libanés se encargue de esta tarea.

Según la Prensa de Beirut, el emisario estadounidense no se fía de que, a su paso por la llanura de Bekaa, los palestinos no vayan a intentar quedarse, o incluso hostigar a las tres divisiones israelíes allí estacionadas, para intentar reactivar el conflicto con Siria, que posee en la zona dos de sus mejores divisiones, por lo que no descarta una evacuación por mar.

La evacuación por tierra o por mar depende, más que nada, de la posibilidad para la OLP de encontrar, de aquí a su fecha de salida, otro país dispuesto a acogerla, además de Siria.

El Gobierno libanés sigue sin solicitar oficialmente el envío de una fuerza multinacional a su país, pero la representación política en el Gabinete de la milicia cristiana, capitaneada por Bechir Gemayel, que hasta ahora se negaba a cursar la petición, dio ayer su acuerdo.

Por otra parte, la agencia de información palestina Wafa desmintió ayer rotundamente una declaración atribuida al ex primer ministro libanés Saeb Salam, simpatizante del ala moderada de la OLP, según la cual la organización palestina había renunciado en la negociación a conservar en Líbano una presencia militar y política simbólica.

Francotiradores

Los carros de combate y vehículos israelíes retrocedieron a unos doscientos metros de la galería Semaan y fueron sustituidos por elementos del Ejército regular libanés y, sorprendentemente, por francotiradores, que no disuadieron al primer ministro libanés de acudir a su cita en el palacio presidencial de Baabda.

El principal inconveniente para la utilización de la galería Semaan, al margen de la presencia de francotiradores, es su proximidad del frente palestino-israelí, que la expuso ayer, como en días anteriores, al bombardeo de morteros.

En las otras dos vías de penetración en Beirut occidental, la del Museo y la del puerto, la circulación en dirección Este-Oeste transcurría a trompicones para los automovilistas, a los que se les concedía o denegaba la autorización de cruzar en función de criterios ilógicos. Los camiones y furgonetas que transportaban víveres y medicinas eran, en cambio, rechazados por los controles israelíes.

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