El Ejercito argentino está dispuesto a aceptar a un vicepresidente civil

Los tres ejércitos argentinos, Tierra, Mar y Aire, volverán a corresponsabilizarse de la dirección política del pais latinoamericano, aunque de una manera limitada por parte de las dos últimas armas, si tiene buenos resultados la sorprendente reunión que sostuvieron ayer los comandantes en jefe, general Cristino Nicolaides, almirante Jorge Isaac Anaya y brigadier Basilio Lami Dozo, respectivamente.

Aunque al cierre de esta edición aún no había sido dado a conocer el comunicado conjunto previsto sobre la reunión, se sabe que el objetivo de la misma era la designación de un vicepresidente civil, como concesión que hace el Ejército a la Marina y a la Fuerza Aérea para que, de alguna manera, éstos se reintegren al control militar compartido de la nación.Para el cargo de vicepresidente parecía tener ayer mayores posibilidades Amadeo Frugoli, actual ministro de Defensa, líder del Partido Demócrata de Mendoza y hombre próximo a la Marina. Frugoli, propuesto par

ocupar la presidencia de la nación antes de ser designado el general Reynaldo Bignone, se cree que desplazó ayer al jefe de la Democracia Progresista y embajador en Roma, Rafael Martínez Raymonda, que había sido propuesto para la misma vicepresidencia por el Ejército.

El vicepresidente, además de sus funciones, debe presidir la importante Comisión de Asesoramiento Legislativo (CAL), creada en 1976 para sustituir al Parlamento, disuelto entonces. Con la retirada de la Fuerza Aérea y la Marina el pasado martes 22 de la Junta Militar, este importante' cuerpo legislativo, que integraba a partes iguales representantes de los tres ejércitos, había dejado prácticamente de existir.

Algunas fuentes estimaban ayer que el acuerdo de los tres comandantes en jefe significará de nuevo la reactivación plena de la Junta Militar en su carácter de organismo supremo del Estado. Sin embargo, las diferencias entre los tres ejércitos parecen ser de tal envergadura, que no se cree que pueda ser restablecida la Junta Militar con el carácter que había tenido hasta ahora y que en todo caso sólo se reactivará la Junta de comandantes que funcionaba ya en época de la viuda de Perón.

Al parecer, el general Cristino Nicolaides había ofrecido a la Fuerza Aérea que designase un vicepresidente civil para la nación. El brigadier general Basilio Lami Dozo sometió esta propuesta a los brigadieres en activo de la Fuerza Aérea, pero la respuesta inicial de éstos fue negativa. De todas maneras, el Ejército ha suspendido la revisión del documento preliminar de las tres fuerzas mediante el cual éstas asumieron el poder compartidamente en 1976, y que querían reformar ahora para adaptarlo y tomar en cuenta la retirada de la Fuerza Aérea y la Marina. Si los tres ejércitos se unen de nuevo, el presidente designado, Reynaldo Bignone, será investido el jueves en el edificio del Parlamento. Si eso, por casualidad, no ocurriera, jurará su. cargo ante el general Nicolaides en la Presidencia del Gobierno.

La "normalización" entre los tres cuerpos del Ejército parece ser, no obstante, a corto y mediano plazo, muy difícil, porque en el seno de las Fuerzas Armadas en su conjunto lo que parece predominar en estos momentos, como demanda. de las jerarquías intermedias, es la exigencia de responsabilidades por el fracaso militar en las islas Malvinas.

Se cree que varios generales de división y de brigada pasarán pronto a la reserva, y de esa manera, los altos mandos del Ejército dejarán de ser en el futuro los principales protagonistas de la guerra, incursos en responsabilidades políticas y militares. Se espera que en la Fuerza Aérea y en la Marina ocurra otro tanto y que se retiren el brigadier general Basilio Lami Dozo y el almirante Jorge Isaac Anaya.

Portavoces ole la multipartidaria, que agrupa a los cinco partidos políticos más importantes han hecho saber que, en todo caso, ellos no exigirán responsabilidades al ex presidente Leopoldo Galtieri.

Por otra parte, y en contra de informaciones de días pasados el actual canciller, Nicanor Costa Méndez, declaró que la Cancillería argentina no ha depositado ante la ONU ningún documento aceptando el cese el fuego. En una intervención televisiva, Costa Méndez dijo que "Argentina no perdió la batalla por las Malvinas, por que ello se ha convertido no sólo en la causa argentina sino también en la de América Latina". Añadió que "la solución del tema de las Malvinas pasa por la ONU, y el país debe apelar a todos sus medios vitales, por que no ha perdido la batalla por recuperar las islas".

Según Costa Méndez "el tema de las Malvinas fue impulsado por la amenaza británica de ocupación de las islas Georgia". Admitió que pudo haber cometido errores al apreciar la réplica internacional a la acción argentina, pero negó que sus errores hayan podido condicionar la derrota.