Jacques Lang: "Más allá de la política, la cultura nos une"
El ministro de Cultura francés se reunió con un grupo de intelectuales españoles
El ministro de Cultura francés, Jacques Lang, acompañado de su colega española, Soledad Becerril, se entrevistó ayer con un grupo de intelectuales y artistas españoles, en una recepción informal celebrada en la Casa de Velázquez. "Más allá de las peripecias políticas que puedan enfrentar a nuestros países en momentos determinados", dijo el ministro, "nuestros pueblos estarán unidos precisamente por la cultura, por la creación artística y cultural".Ya Soledad Becerril había señalado en el breve saludo introductorio a la reunión que a lo largo de estos días de visita oficial Jacques Lang había echado en falta el mundo de los creadores y se había quejado de la "excesiva oficialidad", por lo que la ministra agradecía a la hospitalidad de la Casa de Velázquez -que, como se sabe, es una institución dependiente del Ministerio de Educación francés- el haber propiciado un encuentro que, en sus palabras, "daría una visión más directa a las posibilidades de cooperación de que hemos hablado estos días en los despachos ministeriales".
La concurrencia estaba muy mezclada: Rafael Alberti, uno de los pocos representantes de la poesía, era el veterano que como tal abrió el fuego: "Sólo quiero decirle que nunca había visto un ministro de Cultura tan joven y tan gitano".
Y es verdad: Jacques Lang tiene un aire agitanado en el aspecto físico y desenfadado en la actitud y cierta gracia al hablar de los proyectos comunes entre Francia y España, en el terreno cultural, proyectos que le habían hecho decir ayer mismo: "Lo que yo quisiera conseguir es una Francia más española".
Allí estaba la arquitectura, estaba el teatro, estaba la crítica de arte, estaba la historia, estaba la crítica literaria, estaba la universidad. Nuria Espert y José Luis Gómez planteaban el tema específico del teatro, y el ministro estuvo de acuerdo con el director del Centro Dramático Nacional en el sentido de la posibilidad de potenciar actividades conjuntas de los cuatro países mediterráneos -Francia y España, Italia y Grecia-, no necesariamente a nivel de Estado, sino más bien por vías paraestatales.
Sobre el Museo Picasso envías de construcción en el barrio parisiense de Marais, Jacques Lang dijo que "tropieza aún con un aparato estatal creado para la inacción y el inmovilismo: es decir, con las trabas administrativas y burocráticas que tenemos que eliminar los socialistas".
Preguntado por la exposición París-Madrid, paralela a otras de Moscú, Nueva York, etcétera, expuestas en el centro Pompidou, Jacques Lang, que aseguró que este proyecto sigue adelante, anunció en cambio otro mucho más amplio: una muestra España-Francia, que llevaría de un país a otro todos los géneros de la creación artística.
En ese ámbito, o tal vez en otro, expresó su voluntad de potenciar una exposición de los pintores de la última generación española poco o mal conocidos en Francia, a propuesta de la ministra.
Naturalmente fue preguntado sobre el cambio cultural que podría producir su Gobierno en la larga legislatura que los socialistas tienen por delante en Francia. "Intentaremos", dijo Jacques Lang, "crear una atmósfera, un clima, un aire de libertad. Dejar que las relaciones entre la gente se transformen", y esto, dijo, "sólo se puede intentar a la vez llenos de ambición y de humildad". Entonces fue cuando habló de la necesidad de potenciar una cultura que definió como nacional respecto a la colonización, y se refirió concretamente a la de las "empresas multinacionales norteamericanas que expenden una cultura estándar". "Tenemos un dilema fundamental: o arbitramos la voluntad nacional de resistir a esa igualación o la libertad de ser va a desaparecer bajo su poder".
Como ejemplo surgió la televisión. Jacques Lang manifestó su deseo "de no dejar circular toda esa porquería internacional". Habló del reparto de películas en televisión por nacionalidades: un 50% francesas, un 45% de Estados Unidos, un 5% de otros países, "es decir, Europa, Asia, América Latina, el mundo", y de la conciencia falsa en los franceses de que "sólo existen Francia y Estados Unidos".
El neurocirujano Alberto Portera, conocido coleccionista de arte, cuestionó la existencia de los ministerios de Cultura desde la alternativa de los mecenazgos privados, y Vidal Beneyto apuntó, con el acuerdo de los dos ministros, la función suicida de estos departamentos, cuyo papel es potenciar cultura para cuando ya esté potenciada, tener que desaparecer".
Babelia
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