Las municipales
Las señoritas guardias ya tienen un reglamento sobre cómo colocarse la horquilla. La española siempre se había colocado la horquilla con gracia y a su caer, pero ahora hay que hacerlo todo mediante reglamento, que hasta los héroes de Campamento han invocado la legalidad, de la cual no se salieron nunca durante la movida parlamentaria, y la prueba es que muchos andan de peatonales.No hay más que atenerse. Las municipales o señoritas guardias ya pueden teñirse el pelo y usar pendientes, pero sin pasarse, no vayamos a tener el espantoso tráfico madrileño dirigido por una punta de punkies. Al mismo tiempo, empieza la recogida de pomo en cines y quioscos. Nuestra democracia experimenta siempre el tirón puritano de don Francisco Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza. Nunca sabe uno si la señorita en bolas se la ha quitado el puritanismo de la izquierda o el puritanismo de la derecha.
En todo caso, siempre nos quitan la señorita en bolas. Lo de cines y quioscos es la involución del Ministerio del Interior, yo lo tengo claro, pero, al mismo tiempo, el Ayuntamiento les pone un bando a la! municipales sobre cómo darse el plis en el pelo. Esto es el puritanismo del, otro lado, de la izquierda. Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios; siempre algún puritanismo ha de helarte el corazón (y lo de más abajo). Pienso yo que una democracia sensata sería un delicado equilibrio entre ambos puritanismos.
Somos el país más estrecho del mundo. Las señoritas guardias cuando se enteraron de que las iban a maoizar, se pusieron muy tarascas, gracias a lo cual se ha llegado a una solución de compromiso sobre el colorete y el rimmel. Lo dice la escritora Blanca Andreu:
-Las mujeres, cuando tenemos una tragedia, nos creemos que se arregla todo con mucho rimmel.
Así, una guardia se va a diferenciar de un guardia en los zapatos y el bolso. Cabello corto o recogido. Horquillas, lazos, sujetadores, peinetas, deberán ser de forma y colores discretos. (No acierta uno a encontrar la discreción de la peineta, que es la cresta moroandaluza de la arábiga española.) Pendientes, pulseras y cadenas de formas y colores discretos. Desgraciadamente, sobra el articulado. Ninguna guardia gana para lucir pulseras surrealistas de Otero Besteiro. Maquillaje de rostro, discreto y en colores suaves: y a la que le va el brochazo violento, tipo doña Lola Flores? Prefiero un Madrid minifaldero regido por jais punkies con los pelos tiesos y mucho potrancamen en los quioscos, para que se vea menos el cemento armado Portland el Cangrejo de la ¿sonrisa? de Calvo Sotelo.
Los puritanismos de izquierda y derecha han caído en un mismo día sobre la vida nacional, y pienso que entre dos puritanismos están ahogando la democracia, que ayer llamaba aquí "democracia robada".
El puritanismo de derechas no podía ya más con el "escándalo Suárez", que trajo los rojos y quitó la pena de muerte, y el puritanismo de izquierdas no podía con el "escándalo Carrillo", que era el escándalo eurocomunista, de modo que llamaron a los guardias municipales de siempre: prosoviéticos, afganos, estalinistas y en este plan. Desde que cachearon / chequearon a esos dos hombres, Suárez y Carrillo, ya sólo nos queda Calvo Sotelo, que usa silla de tijera para predicar sobriedad con el ejemplo a las guardias, y don Joaquín Ruiz-Giménez como defensor del pueblo, aunque el pueblo tendrá que acabar defendiéndole a él. Por puritanismo parlamentario ha dejado escapar íntegro a Robles Piquer, la oposición.
Por puritanismo calderoniano ha dejado escapar libres a algunos pronunciados febrerinos, la otra España. El motín contra otro ilustrado, Esquilache, puede reproducirse a nivel de belcor, querido Tierno.
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