El Papa califica de "insuficiente" su viaje a Argentina

Juan Pablo II llegó ayer a Roma procedente de Buenos Aires tras doce horas de vuelo sin escalas. En el avión celebró una conferencia de Prensa con los periodistas que cubrieron el viaje en la que rememoró sus sentimientos con respecto a Argentina y reconoció que la gira había sido "insuficiente". El Papa dio a entender que había abordado en privado el problema de los desaparecidos y manifestó que habrá una instrumentalización política de su viaje.

La llegada, a las 9.30 horas, fue estrictamente privada. Le esperaban sólo obispos y cardenales, entre ellos el secretario de Estado, Agostino Cassaroli, que por primera vez ha faltado a un viaje internacional de Juan Pablo II y que acababa de llegar de las Naciones Unidas, adonde había llevado un mensaje del Papa a la conferencia sobre el desarme en el que se afirmaba que "la guerra no es indispensable, y la paz es siempre posible y anhelada por millones de seres humanos".Desde el aeropuerto se dirigió en helicóptero al Vaticano y al mediodía salió a la ventana de su despacho para rezar el Angelus con los numerosos peregrinos que se habían reunido en la plaza de San Pedro para darle la bienvenida de su difícil viaje de Argentina.

Como respondiendo a una objeción que les habían presentado ya los periodistas en el avión durante la conferencia de Prensa que celebró con ellos, el Papa dijo que la asistencia masiva de los argentinos a las ceremonias litúrgicas demostraba que habían entendido muy bien el "carácter religioso y no político" de su viaje.

En el avión se le preguntó a Juan Pablo lI si el entusiasmo demostrado por la gente no podía haber sido fruto más de fervor nacionalista exasperado que espiritual, ya que gritaban siempre "¡Argentina, Argentina!" y cantaban "Argentinos, a vencer". El Papa, respondió: "Es difícil saberlo, pero pienso que se trataba sobre todo de entusiasmo religioso".

La fe de Abraham

¿Qué sintió cuando en Bueno Aires, después de la misa celebrada ante el monumento de los españoles, supo que en las Malvinas había empezado ya la gran batalla final? "Recordé la fe de Abraham, que nos enseña que es necesario seguir creyendo siempre hasta en los momentos más imposibles". ¿Qué márgenes puede ahora haber ya para una negociación de la Iglesia en el conflicto entre Argentina y el Reino Unido?, remachó otro periodista, y el papa Wojtyla respondió: "Ustedes saben muy bien que en cualquier situación de guerra hay siempre margen para negociar. Esta es mi línea. Yo seguiré intentando". Sobre el viaje a Argentina el Papa dijo que había sido "hermoso, pero no suficiente". Y es que ahora, como ha dicho en Buenos Aires a los obispos chilenos, volverá a Argentina y a Chile cuando se haya resuelto el asunto del Beagle. Fue este el contenido del último y único coloquio privado de Juan Pablo Il con el general Leopoldo Galtieri momentos antes de dejar Buenos Aires. Estuvieron diez minutos en una salita del aeropuerto. Se les veía conversar, sin sentir la voz, a través de un ventanal de cristal. Estaban solos, sin intérpretes, lo cual indica que el Papa ha hecho muchos progresos en sus estudios de español.

Los 'desaparecidos'

Con Galtieri el Papa habló del mismo tema que en su conversación telefónica desde Buenos Aires con el general Augusto Pinochet. Quiere que se arregle cuanto antes el conflicto del Beagle y sólo entonces el Papa irá a Chile y volverá a Argentina. Es decir, ha echado sobre Galtieri y Pinochet, públicamente, la responsabilidad de esos viajes a América Latina.¿Sobre las madres de los desaparecidos? En el avión el Papa dijo sobre este problema que él siempre se ha interesado personalmente, pero que las circunstancias de este viaje no le habían permitido abordar el tema en público con mayor claridad de la empleada en su primer discurso a la llegada a Buenos Aires, dando así a entender que el problema ha sido objeto de coloquios privados. Afirmó, en efecto, el Papa. que ahora "empiezan a llegar respuestas concretas a preguntas que antes no querían responder".

Sobre el riesgo de instrumentalización política a la que estuvo expuesto este viaje a Argentina, donde el Papa dio personalmente la comunión al general Galtieri, abrazándole después públicamente en el aeropuerto antes de subir al avión, Juan Pablo II respondió: "Es verdad que existía ese peligro. Pero estoy convencido de haber obrado bien, porque si no hubiera ido probablemente la posibilidad de instrumentalización en clave política hubiera sido aún mayor".

Partido Polonia-Italia

El Papa parecía descansado, a pesar de lo maratoniano de este viaje. En el avión había conseguido dormir algunas horas. El resto del tiempo lo pasó leyendo la Prensa y conversando con sus colaboradores, y al final con nosotros los periodistas que le habíamos acompañado.Se le preguntó hasta sobre fútbol: ¿Verá mañana el partido Polonia-Italia? "Creo que durante ese partido lo mejor es que yo me esconda para que nadie pueda escrutar mis reacciones", dijo. Y después añadió, con una cierta sorna: "De cualquier modo, lo más importante es el resultado".

En las palabras pronunciadas a su llegada, en la plaza de San Pedro, el Papa fue muy duro recordando el conflicto de Líbano. "Es una ilusión", dijo, "que guerras y violencias puedan resolver los problemas. Crean sólo nuevos odios. Sólo con negociaciones duraderas, de las cuales los pueblos, en este caso especialmente el pueblo palestino, que es el más probado, puedan obtener su propia identidad y satisfacer sus propias exigencias, podrá nacer una paz justa".