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La guerra en el Atlántico sur

Thatcher: "Ceder ahora sería una felonía y una traición"

Andrés Ortega

, Dos meses después de la invasión de las Malvinas -el 2 de abril-, las fuerzas argentinas se encontraban ayer aisladas en Port Stanley, con el mar a la espalda y los soldados británicos a menos de once kilómetros. En Londres, la primera ministra, Margaret Thatcher, se mostró poco esperanzada de poder evitar una batalla sangrienta. En la retaguardia de las Malvinas ocurrían hechos pocos caballerescos.

"No creo que yo pueda hacer nada más", afirmó Thatcher en unas declaraciones a la televisión británica. ¿Magnanimidad? "Es una palabra que no uso en relación con la batalla de las Malvinas... El ceder en algo en estas circunstancias a un agresor y dictador militar no sería magnanimidad. Sería una felonía y una traición a nuestro pueblo".Thatcher sugirió, sin embargo, una salida para Buenos Aires: "Si los argentinos dijeran que se retiran en los próximos diez o quince días, entonces no sería necesaria una batalla. Hay justo ahora una posibilidad" de que se evite la batalla de Port Stanley, señaló una Margaret Thatcher algo tensa y sin sonrisas, "pero no creo que sea muy grande".

La primera ministra volvió a hablar de la posibilidad de acudir a terceros países para una fuerza multinacional que defendiera las islas Malvinas en los próximos años. "Esto no puede volver a ocurrir". Sobre el futuro, afirmó que no puedo ver ningún papel para Argentina en nada relacionado con la soberanía de las islas".

El asalto final, si es necesario, indicaron ayer fuentes británicas, esperará aún algunos días, mientras las tropas se concentran en las colinas y montes que rodean a Port Stanley para cañonear desde allí con su artillería a la guarnición argentina. Algunos comandos han argentina. Algunos comandos han llegado ya a menos de once kilómetros de la capital, indicaron al gunos corresponsales de guerra. Estos periodistas no pueden informar, sin embargo, de cuántos de los 8.000 británicos en tierra han llegado ya a esta zona.

Cañoneo británico sobre las posiciones argentinas

Los comandos han ido avanzando sin encontrar demasiada resistencia argentina. El puente cercano al monte de Las Dos Hermanas ha sido conquistado. En las trincheras enemigas abandonadas se han encontrado, según estas versiones, municiones, botas y alimentos, lo que indica que los argentinos que allí se hallaban huyeron. Los argentinos se han ido replegando a posiciones defensivas en tomo a la capital.

"No es ningún secreto que hemos estado cañoneando el campo de Moody Brook (a unos cinco kilómetros de la capital), que podía pertenecer al destacamento de marines que vivían en Stanley", declaró ayer a un corresponsal de radio el general de división Jeremy Moore, de 53 años de edad, que ya está en las Malvinas para dirigir sobre el terreno las operaciones finales para la reconquista de las islas.

"Nos hemos acercado mucho y estamos aumentando la presión", comentó Moore. Preguntado si esperaba una rápida rendición argentina, el general contestó que "no confía en ello. Esperamos una batalla, y sé que cuando llegue nuestros hombres la ganarán". Soldados británicos y argentinos resultaron heridos "en un accidente con explosivos" en Goose Green, según la versión del Ministerio de Defensa. Los corresponsales informaron que algunos de los prisioneros de guerra capturados el sábado en este lugar son utilizados para detectar y desactivar "trampas explosivas" supuestamente plantadas por las tropas argentinas allí destinadas.

En un accidente, el martes -contó Brian Hanrahan, de la BBC-, tres argentinos murieron al mover un obús de artillería. El detonador podía estar defectuoso, pero -según Hanrahan- los mandos británicos piensan que se trataba de trampas argentinas. Según otro corresponsal, se le ha pedido a un teniente coronel que mandaba la guarnición argentina de Goose Green que ayude en la búsqueda de estas minas.

En su artículo 19, la Convención de Ginebra de 1949 sobre prisioneros de guerra dice que éstos "no deberán ser innecesariamente expuestos a peligros mientras esperan ser evacuados de una zona de combate". La acción británica es de dudosa legalidad.

Fue en Goose Green donde las tropas británicas descubrieron 40.000 litros de napalm, según esos corresponsales, que aseguraron que los aviones Pucara azrgentinos lanzaron en una ocasión, al menos, una de estas bombas incendíarias, sin dañar a nadie. El napalm, mezcla inestable de ácido de aluminio y de gasolina, despide un calor intenso. No está prohibido por las convenciones internacionales y fue utilizado por los Estados Unidos en Vietnam, a pesar de intensas críticas. Los mandos británicos temen que los argentinos dispongan de napalm en Port Stanley y puedan utilizarlo contra sus tropas.

Captuado un comando tras las líneas inglesas

Un comando argentino fue reducido el martes en las colinas de Malo, a unos treinta kilómetros al oeste de Stanley. El grupo, de la unidad 601, según los corresponsales, había llegado en paracaídas el sábado para instalar en una casa abandonada un centro de espionaje. Iban bien equipados y armados, cuando una patrulla de reconocimiento británica les descubrió. "Nuestros soldados dispararon varias ráfagas contra los argentinos, que se podían divisar a través de las ventanas", explicó un corresponsal, "antes de lanzar granadas antitanque contra la casa, que se incendió": cuatro soldados argentinos resultaron muertos y otros doce fueron hechos prisioneros. Los británicos están preocupados de que los argentinos hayan introducido otros comandos por detrás de sus líneas.

Llegan nuevos Harrier a las bases británicas en la isla

El Ministerio de Defensa sigue manteniendo su silencio oficial sobre las operaciones en tierra. Admitió que dos aviones Harrier habían ccído al mar "en los últimos días" durante unas incursiones contra las fuerzas argentinas. Sus pilotos habían sido rescatados. El ministerio revelé que otros Harrier habían llegado a la zona en vuelo directo desde la isla de la Ascensión, a unas 3.000 millas de distancia, sin duda gracias a los aviones cisterna.

El ministerio habló asimismo de un ataque aéreo argentino contra uno de sus buques cisterna a más de doscientas millas al norte de las islas Malvinas. Un avión de transporte argentino lanzó sus bombas por la rampa de carga del aparato. Una de ellas rebotó sobre el barco, sin dañarlo.

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