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Entrevista:

Lleras Restrepo: "El Gobierno es el responsable de que fracasara la negociación con la guerrilla"

Al ex presidente colombiano Carlos Lleras Restrepo le ha correspondido, como titular de la comisión de paz, buscar durante siete meses nuevas fórmulas para el desarme de los grupos guerrilleros. En este cometido no rehuyó el diálogo con el M-19 hasta encontrar un procedimiento que juzgó aceptable para el Estado y la guerrilla. Pero el Gobierno de Turbay se negó a respaldar su iniciativa, por lo que no le quedó otro camino que la dimisión.

Pregunta. La comisión se estrenó con una amnistía que repetía las limitaciones de una ley anterior que ya fue rechazada por la guerrilla ¿Por qué?Respuesta. La comisión tenía una formación muy compleja y para conseguir el asentimiento general no era posible dar una amnistía más amplia. Yo mismo no era partidario de incluir todos los delitos. Pensaba que era necesario buscar otras fórmulas distintas.

P. ¿Eso es lo que le mueve a entrar en contacto con la guerrilla?

R. Siempre consideré que era necesaria una labor de convencimiento con los jefes, que a mi juicio tienen una idea equivocada sobre su capacidad de cambiar la situación política. También era consciente de que era necesario buscar fórmulas intermedias entre la amnistía total y la condena de veinte o veinticinco años.

P. ¿Por qué no se entrevistó usted nunca personalmente con el M-10

R. Una vez que pude decirle al Gobierno que la fórmula que proponíamos para la paz era aceptada por el M-19, consideré necesario que su máximo jefe refrendara el asentimiento que ya conocíamos por nuestro intermediario. Entonces empezamos a planear un encuentro mío con Jaime Bateman.

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P. Algo que nunca se realizó.

R. No, porque estaba supeditado a que el Gobierno aceptara en principio el procedimiento. No se trataba de que lo hiciera público, sino de que diera un primer visto bueno, porque en mi procedimiento la renuncia a la acción armada era siempre previa a cualquier nueva medida de gracia. No se pudo seguir porque el Gobierno rechazó nuestra sugerencia.

P. ¿Qué tipo de compromiso habían obtenido ustedes del M-19?

R. La fórmula que nosotros proponíamos y que, ellos aceptaron consistía en la aplicación de la libertad condicional a todos aquellos que estuvieran acusados o condenados por los llamados delitos atroces. En la propuesta se contemplaba que si no cumplían las condiciones que establece el procedimiento penal para esta libertad condicionada, perderían este beneficio y tendrían que satisfacer la condena en prisión. No había, pues, ninguna condonación. Quienes estuvieran huidos deberían so meterse al proceso ordinario. Para mí estaba claro que un individuo no se acoge a estas condiciones, ni hace un llamamiento público a sus seguidores si no piensa cumplir su compromiso.

P. ¿Podría explicar en qué consistía, su propuesta?

R. En primer lugar, se mantenía vigente la.amnistía para los delitos de rebelión, motín y asonada. El resto se sometía a un procedimiento que debía iniciar con una declaración pública de los jefes del M-19, en la que se comprometían a renunciar a toda acción violenta, para actuar sólo dentro de los cauces pacíficos que establece la Constitución. En segundo lugar, el Gobierno debía dictar una medida de gracia, aplicando a estos delitos la libertad condicional.

P. En el caso concreto de su entrevista con Jaime Bateman hubo resistencia por parte de las Fuerzas Armadas. ¿No es así?

R. No les gustaba que se verificara en el país, porque no entendían que una persona sometida a la justicia pudiera circular libremente con la garantía de no ser detenido. Pero ante la creencia, a mi parecer infundada, de que eso crearía una mala imagen, estuve dispuesto a entrevistarme con Bateman en el exterior. La idea pareció aceptable a las Fuerzas Armadas, pero disgustó mucho al directorio conservador.

P. ¿Fue de los conservadores la oposición más tenaz?

R. Pensaban que era poco decoroso para la majestad de la República que un ex presidente se entrevistase con un jefe de guerrilla.

P. Pero también los militares han expresado su negativa a nuevas medidas de gracia a través del ministro de Defensa, general Camacho Leyva.

R. El Gobierno consultó la opinión de los jefes militares y de seguro que su opinión no fue favorable. Esto tuvo que influir algo en la decisión final negativa del Gobierno, pero la responsabilidad es del Gobierno.

P. ¿Cree usted que una decisión de este tipo, con los militares en contra, podría dar lugar a una acción golpista?

R. No creo nada de eso. Si el Gobierno hubiera estimado tomar ese acuerdo, no hubiera habido consecuencias. Las Fuerzas Armadas colombianas son obedientes del poder civil y la legalidad.

P. ¿La responsabilidad última de que se haya cerrado el camino a esta propuesta de paz es, por tanto, del presidente?

R. Del presidente y de su Gobierno. Creo conocer bien a las Fuerzas Armadas, porque las he tratado a fondo durante los cuatro años de mi presidencia. En Colombia, hasta donde yo sé, las decisiones las toma el Gobierno, no las Fuerzas Armadas.

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