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La guerra en el Atlántico sur

El ministro de Defensa del Reino Unido anuncia el envío de otros diez navíos de guerra a las Malvinas

Andrés Ortega

A pesar del puñetazo que ha supuesto para los británicos la pérdida del destructor Coventry y del carguero mercante Atlántic Conveyor -veinticuatro muertos- en el masivo ataque aéreo argentino del martes, el Gobierno británico dio pruebas de firmeza. "Nuestras fuerzas están preparadas para empujar sobre Puerto Stanley", aseguró el ministro de Defensa, John Nott, señalando que otros diez destructores y fragatas habían llegado a las islas Malvinas en los dos últimos días.

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La ofensiva aérea del martes, según Nott, comenzó a las 14.30 horas (hora de Madrid), cuando el destructor Coventry, acompañado de la fragata Broadsworth, se hallaba al noroeste del canal de San Carlos, protegiendo con sus radares y misiles la cabeza de playa británica. El destructor detectó un avión enemigo, probablemente en una misión de reconocimiento, y lo derribó con sus misiles Sea Dart. Cuatro Skyhawk argentinos realizaron otra incursión y fueron asimismo abatidos, con lo cual, según la versión británica, Argentina ha perdido al menos 37 de sus cazabombarderos.Seis horas después, los aviones argentinos volvían a la carga por el Oeste, protegiéndose de los radares con las colinas de la isla de Pebble. Lanzaron sus bombas sobre el Coventry, que zozobró hacia un lado. La primera cifra de bajas arroja veinte muertos y otros veinte heridos, de una tripulación de 280 hombres. Se entiende que la fragata Broadsworth fue también alcanzada, pero no severamente dañada.

A las 21.30 horas, cuando el carguero Atlantic Conveyor, requisado para esta guerra, se estaba acercando a la desembocadura del canal de San Carlos protegido por buques de escolta, dos Super Etandard aparecieron por detrás, disparando sus misiles Exocet a unos treinta kilómetros de distancia. El barco se incendió y hubo de ser abandonado. Hubo cuatro muertos y varios heridos entre los 170 hombres que se encontraban a bordo en esos momentos.

En esta guerra han perdido ya la vida 99 británicos. Fuentes oficiosas del Ministerio de Defensa señalaron que las bajas del martes no constituían el desastre que se habían esperado. La víspera, el comunicado oficial afirmaba que "varios buques" habían sido tocados, sin mayores precisiones. Miles de mujeres y familiares de soldados estuvieron toda la noche intentando averiguar de qué barcos se trataba, y ayer criticaron duramente al Ministerio de Defensa por esta razón.

Se piensa que los argentinos se equivocaron, creyendo disparar contra el portaviones Hennes, que no se encontraba lejos. De hecho, el Atlantic Conveyor, carguero de 14.946 toneladas, había sido transformado para poder llevar los refuerzos de aviones Harrier desde la isla de la Ascensión. Según el Ministerio de Defensa, ninguno de los aviones estaba sobre el barco cuando éste fue atacado. Con el Atlantic Conveyor "cargado de suministros", los británicos han tenido que abandonar materiales vitales para sus fuerzas, entre los que se entiende figuraban helicópteros y piezas de recambio para los Harrier. Es el primer grupo mercante que pierde el Reino Unido en esta guerra.

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Ficticia destrucción

La presencia de los Super Etandard viene a disipar las dudas sobre su ficticia destrucción en Argentina por unos comandos especiales británicos. Reavituallados en vuelo, llegaron el Este volando a menos de veinte metros sobre las olas para evitar ser detectados por los radares. Los Exocet han demostrado de nuevo su mortífera precisión, y aunque algunos cálculos señalan que sólo les quedan dos de estos misiles a los argentinos, los medios oficiosos británicos piensan de otro modo.

A pesar de estas pérdidas, señaló ayer Nott en una declaración en el Parlamento, el destacamento naval británico cuenta hoy con más barcos escolta que una semana atrás. Nott reveló que diez destructores y fragatas habían llegado a la zona en los últimos días.

"Nuestras fuerzas están ahora preparadas para empujar sobre Puerto Stanley", afirmó Nott, añadiendo que en las últimas veinticuatro horas había habido un notable aumento de la actividad operacional. "En general, el objetivo militar para recuperar las islas se ha desarrollado exactamente como lo planeamos. Hemos sufrido bajas, pero puede haber más", aseguró John Nott.

La primera ministra, Margaret Thatcher, vestida de negro, escuchaba atentamente estas palabras. Poco antes, ante un congreso de mujeres, Margaret Thatcher había dicho que, "a pesar de estas dolorosas pérdidas, nuestra determinación y confianza no se ha debilitado". El Gabinete de crisis se reunió de nuevo ayer, y un portavoz del Gobierno aseguró que por el momento se descarta un bombardeo de las bases argentinas en el continente, operación cuya dificultad militar no escapa a Nott.

Cautela laborista

El liderazgo laborista prosigue con su línea de cautela, insistiendo en no cerrar las vías diplomáticas para una solución negociada. Su comité ejecutivo se reunió para aprobar una resolución responsabilizando a Argentina del recrudecimiento de las hostilidades. La ejecutiva laborista rechazó una rnoción del izquierdista Tony Berin pidiendo un alto el fuego.

En los Comunes, 277 diputados, frente a veintisiete en contra, votaron por la expulsión temporal del .laborista Andrew Faulds, después de que éste se enfrentara con Speaker, quejándose de que la oposición estaba siendo silenciada en el tema de las Malvinas.

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