Una misteriosa reivindicación
Baruch Cohen, señalan los despachos de agencias, cayó alcanzado por dos disparos junto a la expendiduría de tabaco número 235 situada al lado de la cafetería, frente al cine Capitol, mientras un transeúnte, Crescencio Delgado Carrasco, herido por una bala perdida, se refugiaba en el Hotel Rex y pedía ayuda al portero. Cochespatrullas de la Policía Armada transladaron primero a las víctimas a la Casa de Socorro de Navas de Tolosa y, despues a Cohen, dada la gravedad de su estado, a la Residencia Sanitaria Francisco Franco dónde falleció.Al día siguiente del atentado un sobre depositado en la oficina de El Cairo de la agencia United Press International revindicó el homicidio en nombre de la organización palestina Septiembre Negro que lo calificó de "venganza" por el ases,inato, en octubre de 1972, de Abdul Wael Zuwaiter, militante de Al Fatah residente en Roma, y en enero de 1973, de Mahmoud Hamchari, representante en París de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
"La organización Septiembre Negro", rezaba su comunicado, "ha tomado en consideración la actitud de amistad de España con la causa árabe. Pero las repetidas accciones israelíes nos han obligado a llevar a cabo la sentencia contra el agente israelí en Madrid".
Septiembre Negro aseguró también "haber detenido a un agente que colaboraba con él". Corrió entonces el rumor del secuestro en Madrid del presidente de la comunidad judía en España, Max Mazim. Pero la organización palestina nunca consiguió secuestrar a Max Mazim ni a nadie y probablemente tampoco mató a Cohen, aunque el semanario francés Le Point asegurase años después que un argelino, Mohamed Budia, miembro de Septiembre Negro, perpetró el atentado.
El lunes 29 de enero, la radio estatal israelí desmintió los rumores sobre el secuestro del dirigente judío español y aseguró que éste se encontraba en Haifa y regresaría a Madrid ese mismo día. Al día siguiente, Mazim no había vuelto todavía a Madrid, según se informó en su domicilio. Mazini tardó varios días en regresar a la capital española.
Veinticuatro horas después de producirse el atentado llegó a Madrid, procedente de París, un diplomático israelí que, fuertemente custodiado por la policía española, realizó los trámites de repatriación del cadáver. El féretro salió de Madrid el martes 30 y llegó a Tel Aviv el mismo día, vía Roma.
Baruch Cohen, que hasta diciembre de 1973 había estado adscrito a la embajada israelí en Bruselas, fue enterrado en la ciudad Pasa a la página 9 Viene de la página 8 israelí de Halfa, a pesar de ser vecino de Tel Aviv, el miércoles 31 de enero de 1973, con honores militares, según un despacho de la agencia Reuter. Al sepelio asistieron varios centenares de personalidades, incluidos los principales dirigentes políticos y, altos jefes militares. El entonces ministro de Defensa, Moshe Dayan, depositó una corona de flores en la tumba.
Indagaciones policiales
La víspera del entierro la jefatura del Gobierno hebreo había reconocido, hecho sin precedente, que Baruch Cohen era un agente secreto. "Ha servido a su Gobierno con lealtad y devoción dentro del servicio exterior y los servicios de seguridad", señalaba el comunicado gubernamental que concluía: "Cohen deja esposa y cuatro hijos".
En la capital de España, donde el asesinato suscitó un auténtico temporal en las comunidades árabe y judía, el entonces jefe superior de policía de Madrid y actual agregado militar de España en Ankara, Federico Quintero Moreno, se hizo personalmente cargo de la investigación, pero sólo consiguió escasos resultados.El autor del atentado carecía, desde luego, de experiencia. Con sus tres balas de calibre 6,35 disparadas a quemarropa no logró matar en el acto a su víctima, pero sí a herir a un transeúnte.
En cuanto a Baruch Cohen, la investigación determinó que entraba y salía con frecuencia en España.
El 22 de enero llegó por última vez a Madrid, pero sólo se registró en el hotel Cuzco tres días más tarde, con un carné de conducir. Pasó sólo una noche, la del 25 al 26 de enero, en el hotel de la calle de Sor Angela de la Cruz. En os bolsillos de su traje se encontraron algunas notas cifradas.
La desaparición de Samir
De Samir Mayed Ahmed nunca más se supo. El interesado se negó categóricamente a dar ninguna información sobre su huida y tampoco quiso confirmar o desmentir si actuó por cuenta de Septiembre Negro, organización palestina que llevaba el nombre del mes de 1970 en el que el ejército jordano aplastó a los palestinos.
Algunos especialistas en asuntos palestinos creen, sin poner en tela de juicio la veracidad del relato, que el palestino debió confesar su crisis de conciencia a alguna entidad árabe en Madrid y que ésta le aconsejó que ejecutase al agente israelí.
Samir Mayed Ahmed no llegó, por otra parte, a "demostrar su valía acabando con una persona", como se lo pedían los israelíes, que sólo querían averiguar su predisposición a perpetrar un homicidio político, pero esta quedó puesta de relieve cuando asesinó a aquel que le pidió que cometiese su primer homicidio.
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