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El conflicto anglo-argentino

Argentina envía una nueva oferta a la ONU horas antes de que expire el plazo para hallar una solución de paz

Argentina presentó ayer una contrapropuesta al secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, en lo que se considera un último esfuerzo de Buenos Aires para alcanzar una solución negociada del conflicto del Atlántico sur y cuando arrecian los rumores de que la flota británica ha adoptado ya posiciones de combate para lanzar una ofensiva final contra las islas Malvinas.

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La contrapropuesta argentina fue entregada a Javier Pérez de Cuéllar mucho antes de que finalizara el plazo de veinticuatro horas dado por éste al Gobierno de Buenos Aires para estudiar la posición británica. Se desconocen los detalles de esta nueva postura argentina, que fue elaborada el martes y transmitida urgentemente a Nueva York. El subsecretario de Asuntos Exteriores argentino, Enrique Ros, encargado de estas negociaciones, dijo que la propuesta estaba encaminada a "reducir las diferencias, preservar la paz y buscar una solución pacífica el conflicto".En medios oficiales argentinos se comentaba ayer la posición intransigente adoptada por el Reino Unido en los últimos días, que sería más rígida que la,que Londres sostuvo en la etapa en que actuaba de mediador el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig. La impresión general, pese a esta nueva e inesperada contrapropuesta argentina, era de pesimismo, y la gestión de Javier Pérez de Cuéllar se consideraba virtualmente fracasada.

De acuerdo con informaciones periodísticas, Buenos Aires acepta la retirada de sus fuerzas y el establecimiento de una administración de las Naciones Unidas sobre el archipiélago en litigio, con observadores y banderas del Reino Unido y Argentina. Otras concesiones de la Junta Militar se refieren, al parecer, al tiempo de duradión de las negociaciones que habría sido considerablemente ampliado desde las primeras posturas argentinas.

En cualquier caso, las divergencias eran cruciales en varios puntos y el margen de maniobra diplomática parecía muy escaso. Un ataque masivó británico contra las islas Malvinas se consideraba altamente probable y todas las tropas argentinas acantonadas en el sur del país se encuentran desde hace días en estado de máxima, alerta. Los comandantes en jefe de la marina y la fuerza aérea, almirante Anaya y brigadier Lami Dozo, realizaron breves visitas de inspección a sus respectivas fuerzas en el sur, ante un conflicto que parece inminente.

Refuerzos británicos

La jornada de hoy, jueves, se presentaba como decisiva para la crisis del Atlántico sur, tanto porque se agota el plazo negociador en las Naciones Unidas como porque la flota inglesa ha recibido ya los refuerzos que esperaba y concluirá hoy el despliegue táctico que, según fuentes militares argentinas, comenzó a efectuar la noche del lunes.

En efecto, la rígida formación defensiva que mantenía la escuadra británica al este de las islas, Malvinas, para quedar fuera del alcance de la aviación argentina basada en el continente, se rompió el lunes y los navíos de guerra ingleses empezaron a separarse y a adoptar posiciones de combate alrededor de las islas. Las citadas fuentes indicaron que la maniobra llevaría por lo menos 48 horas, es decir, hasta la madrugada del jueves, hora de Madrid.

Por otra parte, parece confirmado que el buque Canberra, que traslada varios miles de soldados británicos, hallegado ya a la zona de conflicto y que no se esperará para lanzar al asalto a los efectivos que viajan en el Queen Elizabeth II, que podrían destinarse aconsolidar la defensa de las islas en caso de que la flota lograra conquistarlas.

Los nuevos aviones Harrier deben igualmente haber llegado a los portaviones ingleses desde la isla de Ascensión, aunque para ello habrán tenido que abastecerse de combustible en vuelo, quizá con asistencia técnica norteamericana.

Los expertos militares piensan que el ataque británico se efectuará simultáneamente en varios frentes, quizá en cinco distintos, para dispersar a la aviación argentina, que tiene la supremacía aérea. La isla Borbón y las cercanías de Puerto Argentino se consideraban puntos probables para un desembarco inglés.

Otra posibilidad paralos asaltantes consiste en ocupar porciones desiertas de las islas e ir avanzando lentamente, con apoyo de bombardeos navales y aéreos, para presionar también en la mesa de negociaciones.

La flota inglesa continúa con su táctica de tiro de altura o bombardeo de escasa precisión, hechos desde aviones que vuelan a gran altitud, y de tiro de fortuna o cañoneo naval indiscriminado, desde naves que se acercan a la costa en la oscuridad y que tiene objetivos más psicológicos que militares.

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