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¿Gira Polonia hacia el Este?

La élite del poder responsabiliza de la disminución de la producción a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y a las huelgas del año pasado. El Gobierno polaco sigue repitiendo que sustituirá sin ningún problema las materias primas y la maquinaria importadas de Occidente con importaciones de la Unión Soviética y de los países del Comecom. ¿Es posible la reorientación del comercio exterior polaco hacia la Unión Soviética? ¿Da ello alguna posibilidad de salir de la crisis?Desde el punto de vista político, en Polonia es posible todo lo que en opinión de las autoridades sea una muestra de "la amistad fraternal y cooperación" con el gran vecino. Sin embargo, los efectos económicos de aquella política de acercamiento al Comecom serían trágicos para los polacos.

Un informe preparado para el Gobierno demuestra que en la mayoría de las ramas de la industria la dependencia de las importaciones de Occidente es mayor que la del Este, aunque a partir de 1979 estas importaciones disminuyen.

Las cifras de la importación muestran que la economía polaca pertenece más al sistema occidental que al Comecon, del que es política e ideológicamente miembro. Como exportador, sin embargo, Polonia está unida, sobre todo, a los mercados de la Europa oriental.

El volumen de la exportación polaca desde 1945 ha dependido poco del crecimiento o disminución de la renta nacional. Es un hecho que los burócratas del partido veían en la exportación solamente el método de ganar dinero para la importación de materias primas y tecnología. A la exportación no se la ve como una oportunidad sino como a un mal necesario o una ne cesidad triste.

Sanciones económicas

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Hoy, cara a las sanciones económicas de EE UU y otros países occidentales, el Gobierno polaco se encuentra ante el dilema de cómo pagar las deudas si los intereses correspondientes a los años 1982-1986 superan los 17.000 millones de dólares y los plazos por abonar en el mismo periodo ascienden casi a 31.000 millones. Los políticos del Gobierno dicen que efectuarán una "ideológicamente justa" reorientación del comercio desde el Occidente hacia el Este y sacarán al país de la crisis.

Una reorientación de este tipo es, sin embargo, casi imposible, ya que los países del Comecom no tienen para vender lo que necesita Polonia. Además, ellos mismos buscan en Occidente lo que necesita la economía polaca bloqueada.

¿Y si esta reorientación de la importación fuera imposible desde el punto de vista económico? Entonces el llevarla a cabo supondría un golpe mortal para la economía polaca. Los expertos calculan que será muy caro el coste de este, cambio en la importación. Si el Gobierno polaco deja de comprar en Occidente y empieza a comprar en el Este, la renta nacional en el año 1990 será inferior a la mitad (el 48%) de la renta del año 1980. Al mismo tiempo tendrá que aumentar el peso de las deudas: mientras que hoy las deudas constituyen el 49% de la renta nacional de Polonia, su participación en el año 1990 llegaría al 127%. Además, con un giro así hacia el Este, incluso a pesar de la introducción de la reforma económica, el volumen de la deuda polaca sólo dejaría de crecer a partir de 1990. Esto sería una catástrofe nacional y no solamente una crisis estructural muy profunda.

Las autoridades polacas aprecian tanto la lealtad ideológica a Moscú que son capaces -a pesar de las advertencias de los expertos- de optar por la catástrofe solamente para demostrar su independencia de la economía del mundo occidental. Sería una verdadera desgracia para los polacos que los Gobiernos y bancos occidentales contribuyeran al giro loco hacia el Este en la importación polaca.

Bajo el seudónimo Jan Morawski se oculta un profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Varsovia.

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