Reagan propone a la URSS una reducción mutua de un tercio del arsenal atómico
La reducción de un tercio del arsenal nuclear de misiles intercontinentales entre Estados Unidos y la Unión Soviética, el inicio de negociaciones para una reducción de armas estratégicas (STAR) a finales del próximo mes de junio en Ginebra y la aceptación de una cumbre con Leónidas Breinev para antes de fin de año fueron los tres principales puntos que Ronald Reagan recordó en su décima conferencia de Prensa en la Casa Blanca.
El presidente norteamericano excluyó toda posibilidad de resurrección del Tratado sobre Limitación de Armas Estratégicas (SALT II), firmado por los presidentes Carter y Breznev en el -verano de 1979, "porque legitima la carrera de armamentos", según Reagan.Varios ex altos funcionarios de la Administración del presidente Carter, e incluso Heriry Kissinger, ex secretario de Estado bajo la Administración Nixon y Ford, proponen a Reagan la recuperación del tratado SALT II, nunca ratificado por el Senado norteamericano. "Fue un Senado con mayoría demócrata el que evitó la rectificación", dijo Reagan, insistiendo en que el SALT II "está muerto". La intervención militar soviética en Afganistán, en diciembre de 1979, dio argumentos políticos al Senado de EEUU para retrasar el proceso de. ratificación del tratado SALT Il.
En realidad, el presidente norteamericano repitió en su conferencia de Prensa los conceptos generales propuestos el pasado domingo en el Eureka College, en Illinois. Espera que, de llegar a buen término las futuras negociaciones STAR, soviéticos y norteamericanos reduzcan de 7.500 a sólo 5.000 las cabezas nucleares de los temibles misiles intercontinentales. "Nada está excluido", zanjó Reagan al preguntarle por qué no entraban en las propuestas de reducción de armas nucleares los superbombarderos o los misiles submarinos. Reagan insistió en que los armamentos nucleares más desestabilizadores son los misiles intercontinentales, por la rapidez con que pueden alcanzar sus objetivos y por su potencia destructora. Reagan' rehusó contestar, por otra parte, si EE UU usaría o no en su momento armas nucleares en Europa occidental para contrarrestar una eventual invasión soviética con armas convencionales. "Nuestras armas estratégicas nucleares son, desafortunadamente, la única balanza que tenemos para contrarrestar el masivo potencial de armas convencionales que los soviéticos tienen en el frente del Este", dijo el presidente.
Próximas cumbres
Las declaraciones de Reagan, claramente conciliadoras hacia Moscú, aunque de dudoso alcance hacia una real reducción de armas nucleares, llegan a cuatro semanas de la cumbre de los jefes de Estado o de Gobierno de los países de la OTAN, en la qué participará por vez primera el presidente del Gobierno español, Leopoldo Calvo Sotelo, el 9 y 10 de junio, en Bonn. Son un signo hacia Europa del nuevo lenguaje de Reagan hacia Moscú, al tiempo que intentan frenar el sentimiento antiguerra nuclear, cada vez más patente entre la opinión pública estadounidense.
Reagan atacó a los demócratas que dificultan en el Congreso la aprobación del presupuesto federal para 1983 y defendió su plan. de ahorro de 40.000 millones de dólares en tres años en el sector de beneficios para la Seguridad Social, al tiempo que prometió una recuperación económica "para antes de fin de año".
Reagan dijo que el partido demócrata utilizaba argumentos "demagógicos" paría oponerse al compromiso Casa Blanca-Senado (con mayoría republicana) cara al presupuesto federal, que debe entrar en vigor el próximo 1 de octubre. Reagan añadió que la primera reducción de impuestos directos tendrá efectos "positivos" para la economía norteamericana.
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