Argentina es hoy un país peligroso para los periodistas anglosajones
Tres periodistas de la televisión privada Thames TV fueron detenidos ayer por fuerzas parapoliciales a la salida del Ministerio de Asuntos Exteriores apareciendo a las pocas horas sin ropa a 30 kilómetros al noroeste de Buenos Aires. Otros dos periodistas noruegos y el enviado especial del semanario Newsweek fueron expulsados del país. Esta cadena de incidentes se produce al mes de que también fueran detenidos y acusados de espionaje otros tres periodistas británicos que aún continúan encarcelados en Argentina, habiéndoseles denegado la libertad bajo fianza. Otro reportero, un norteamericano fue secuestrado ayer durante más de dos horas, en pleno centro de Buenos Aires, por unos desconocidos que intentaron, sin éxito, obtener un rescate por la libertad del periodista.Los tres periodistas de la televisión son Julian Manyon, Ted Adcock y Trevor Hunter, quienes salían del Ministerio al que habían acudido para preparar una entrevista con el ministro, Nicanor Costa Méndez. Su coche fue interceptado por otro vehículo, un Ford Falcon, del que salieron las personas que les detuvieron.Los periodistas expulsapos son el norteamericano Holger Johnson y los noruegos Frod Ivar del diario Dagebelt y Holtz Hippe de Vie Dens Gan.
Simon Winchester, del Sunday Times, Anthony Prime, fotógrafo de The Observer e Ian Mather, redactor de este último semanario, fueron detenidos el pasado 13 de abril en el aeropuerto de Río Grande, en el extremo sur de Argentina, y acusados de espionaje. Los periodistas fueron encarcelados en la prisión de Ushuaia, la población más austral del mundo, y quedaron a disposición del juez federal Carlos Sagastume.
Una petición del abogado defensor de los tres reporteros, Guillermo Balabán, para que les fuera concedida la libertad bajo fianza fue rechazada por el juez, alegando "peligro para la seguridad nacional". El defensor ha presentado una apelación contra la decisión judicial, que será estudiada en los próximos días por un tribunal superior en la ciudad de Comodoro Rivadavia.
Un diplomático suizo, Werner Ballmer, visitó a Winchester y sus compañeros el pasado fin de semana, e informó que si bien los tres británicos gozaban de buena salud y recibían un trato correcto, se habían quejado de un endurecimiento de las condiciones de la prisión en los últimos días. Los periodistas son obligados a levantarse a las seis de la mañana, permanecen todo el día en una celda, se les han retirado todos los libros y revistas en inglés y se les prohibió recibir llamadas telefónicas.
Tras la visita del diplomático suizo, cuya embajada está a cargo de los intereses británicos en Argentina, se permitió a los periodistas recibir una llamada telefónica a la semana de sus esposas y el juez aseguré que les sería devuelto el material de lectura y se les proporcionarían ropas de abrigo, dado el clima pre invernal.
El Gobierno argentino comunicó ayer al secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, quien se interesó por la suerte de los tres informadores, que estos "se encuentran sometidos a la justicia y sus derechos son respetados". En caso de ser considerados culpables de espionaje, Winchester, Mather y Prime podrían ser condenados a penas de entre dos y ocho años de prisión.
Tres horas de interrogatorio
Christopher Jones, jefe de la, sección internacional de la emisora de televisión Metromedia-canal 5 de Nueva York, fue detenido en el centro de Buenos Aires por unos desconocidos que le abordaron desde un automóvil Ford Falcon. El periodista fue interrogado durante casi tres horas, tumbado en el suelo del vehículo, mientras éste circulaba por la capital.
Los secuestradores se interesaron por saber quién estaría dispuesto a pagar 10.000 dólares a cambio de la libertad de Jones y, finalmente, le dejaron libre, tras obligarle a despojarse de sus ropas, en una céntrica avenida.
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